¿QUÉ ES LO QUE ESPERO?
Fecha: 28/09/2017,
Categorías:
Primera Vez
Transexuales
Autor: gitanilla_andaluza, Fuente: xHamster
... aquel momento sentía que mi corazón desbocado iba a salirse de mi pecho en cualquier momento. Sentir la humedad de su boca, la tersa calidez de sus labios y el frenético ruido que hacía me volvía simplemente loca. Hubo un momento en que sentí que iba a explotar, a derramarme como si fuera un pozo sobre el que han ido a fluir todas las corrientes del mundo, y le pedí que parase a la par que hice el gesto de apartarme. Lejos de dejarme ir, él me agarró las nalgas con fuerza y se dedicó a mí con más entusiasmo aún. A mí me daba una enorme vergüenza correrme, aún más dentro de él, pero no lograba separarme. No es que me agarrase con excesivo celo, simplemente que mi cuerpo no quería obedecerme. Mi garganta soltó una tímida negación y, sin poder contenerme más, me corrí dentro de su boca. Él siguió, algo más despacio, dándome lo que os puedo asegurar que fue un momento para recordar. Cuando acabó, me había dejado limpia y había consumido las pruebas del “delito”.Pero acabada la excitación del momento, a mí me embargó una vez más la vergüenza y a él le asaltaron todos los miedos. Ni siquiera nos ...
... mirábamos, como si acabásemos de cometer un crimen horrible. Finalmente fui yo quien habló y le expliqué que me daba mucha vergüenza todo lo que había ocurrido, pero que no me sentía mal, al contrario, jamás había sentido tanto placer y me alegraba haberlo compartido con él. Por su parte, él me contó sus miedos: nunca había hecho algo así, y no sabía en qué le convertía eso. Me quería como a una mujer, él no se sentía gay, pero realmente le asaltaba la idea de que aquello estaba mal.Creo que aquella fue una de las tardes más excitantes y al mismo tiempo más frustrantes de mi vida, pero no la cambiaría por nada del mundo. Ambos encontramos el valor para sincerarnos y aprendimos un montón, logrando quitamos de paso un puñado de miedos. Si aquella relación hubiese sido solamente sexual, es muy posible que se hubiese acabado. Pero realmente nos gustábamos y poco a poco comenzamos a comprender que éramos quienes éramos, y no tenía sentido asustarse.Disfrutábamos de nuestros cuerpos y lo hacíamos con cariño, ¿qué diablos importaba todo lo demás? Fue, creo,una de las lecciones más importantes de mi vida.