1. Recuerdos de Sandra - Segunda Parte


    Fecha: 09/06/2018, Categorías: Zoofilia Autor: strayxsuperfan, Fuente: SexoSinTabues

    ... suyos". Lo dijo en voz alta mientras aceleraba y rió como idiota un buen rato. El último rayo del sol hacia resplandecer la carita sucia y húmeda de sudor de La Nena de una manera hermosa, pero en sus caderas brillosas era sublime ver el fino pelambre del perro y las manchas húmedas de sus patas sucias. Pudo sentir también el calor que emanaba del cuerpo de Gandalf sobre sus hombros y espalda, así como el aliento entrecortado detrás de su cabeza, cuyo olor tenía ahora un nuevo significado. Estaba disfrutando la sensación cuando la idea de ser una pequeña chica ojiverde bajo la musculatura de las patas y pecho de su perro le hizo venirse delicadamente de nuevo. El nudo estaba empezando a ceder antes de ese nuevo orgasmo, pero los movimientos que debió haber hecho ella, tanto por dentro como desde la perspectiva del perro, hicieron que éste se sintiera nuevamente estimulado y la tomara otra vez de la cintura. Comenzó de nuevo ese ritmo bestial que ella no pudo detener ni con sus gritos pidiendo piedad. "¡No Gandalf! ¡No, por favor!" Pero ella había perdido el control hacia ya tiempo. Sin fuerzas poco pudo hacer para evitar las embestidas que, debido a la dilatación de su vagina, daban un poco de juego al rojo bulbo de su mascota, permitiéndole al instrumento completo en forma de martillo entrar mas y estimular salvajemente su punto G al atorarse de nuevo, pero ahora instalado más cerca de la entrada de su super irrigado túnel del amor. Poco supo después de eso, solo se ...
    ... concentró en no desmayarse mientras esperaba que todo terminara . Pero no terminó. Varios orgasmos la hicieron perderse antes que el dolor dejara de ser menos fuerte que el placer, que fue cuando Gandalf intentó despegarse. Sabía que eso no terminaría bien por la fuerte presión que ejercía algo que debía ser enorme, así que apretó fuertemente sus piernas y nalgas. Sintió todo el trayecto del nudo buscando la salida a jalones. Su cuerpo trémulo resistió todo lo que pudo hasta que, muy lentamente, un plop! repentino le propinó un nuevo y doloroso orgasmo que terminó, por fin, con ella tirada en el suelo. Cuando pudo levantarse ya estaba oscuro. Alcanzó su celular, que estaba tirado a un metro y buscó con su luz uno de los tenis que no sabía que había perdido. Temblando intentó pensar que haría ahora. Sus piernas cedían como las de un venado recién nacido. Era un largo trayecto a casa como para salir del parque con apariencia de víctima de violación. ¡Mucho menos para lucir como víctima de violación canina! Separó la trenza que hacían sus calzones y sus shorts. Sólo se puso éstos últimos, pero antes mojó las bragas con agua que le quedaba de una de las cantimploras (las cuales bajaron de sus senos a la cintura cuando se puso de pie). Con ellos limpio la tierra de su cuerpo y cara. Intentó sacudir más tierra de su ropa húmeda, se arregló el cabello con otro poco de agua y ajustó el par de tenis después de quitarse las calcetas (se puso una como toalla femenina y llevaba la otra en la ...