Recuerdos de Sandra - Segunda Parte
Fecha: 09/06/2018,
Categorías:
Zoofilia
Autor: strayxsuperfan, Fuente: SexoSinTabues
... pensarlo bien... o más bien entenderlo, porque sabía bien que iba a suceder. Se sentía un poco triste con ello, pero al mismo tiempo un poco liberada al entender la idea. En este caso la verdad era peor que el secreto. Mientras subía una pequeña maleta en la parte trasera de la camioneta, se preguntó cómo había llegado a estar en esa situación. Pero Gandalf le hizo recordarlo cuando sus grandes ojos la miraron esperando que abriera la puerta. Ella lo había decidido así. Lo hizo cuando tomó la determinación de llevarse al perro a vivir con ella a esa otra ciudad, lo cual no hubiera pasado si su hermano no le hubiera dicho que lo cruzaría de nuevo con otra perra, lo que a su vez no le habría causado celos si no hubieran tenido juntos esa tarde en el bosque... y así hasta llegar a esa noche de diciembre del 2008 que cogió borracha con él en su recámara. Al tomar carretera también recordó la emoción, el miedo de si misma y a sus propias emociones que sintió previo a la mudanza. También evocó cómo deseaba el contacto peludo de su musculoso cuerpo durante el viaje a Cuernavaca, cuando fue por él a la siguiente semana de instalarse. De hecho, Gandalf pasaba la cabeza entre los asientos de la misma manera que cuando dejó la casa de sus padres para llevarlo a vivir con ella. La primera semana juntos y a solas había sido caótica. Entre el nuevo trabajo, el nuevo departamento y lo planeado que lo tenía todo para estar con él, solo la hizo sentirse frustrada y caliente incluso los ...
... primeros días. Al perro parecía haberlo desconcertado la iniciativa de una hembra a la que, contrario a lo que se pudiera inferir, aún no se adaptaba. Pero su ovulación volvió a hacer la magia tiempo después. A partir de ahí se fue acostumbrando rápido a ella y pronto estaban cogiendo cada que los vecinos se marchaban. La felacion sin penetración previa tardó un poco más, pero eso la volvió loca de nuevo. Encontraron su ritmo y comunicación ideal cuando llegaron a la casita en las afueras. Pero la confianza que les daba esa nueva privacidad aumentó la frecuencia y con ello el instinto dominante de su mascota, su macho. Lo entrenó lo mejor que pudo y lo satisfacía todo lo necesario para que se comportara adecuadamente entre la gente, pero en el fondo era un animal territorial como cualquier animal canino. Podría no gustarle la idea de que un perro fuera la pareja más estable que había tenido, pero había sido decisión suya desde el principio. Lo estaba acabando de entender en ese momento en que formó la camioneta en la fila de la caseta de cobro de la autopista para dirigirse a la capital. Además, en el fondo y de una manera que sabía que era un poco (o muy) retorcida, amaba a ese perro más que a nada. Tenía que hacer algo, cambiar algo. No sabía qué, pero todo tenía que quedar igual de alguna manera. Estaba confundida y segura al mismo tiempo. Una parte de ella, en el fondo, sabía que hacer cuando pagó el peaje. "Mamá, papá. Gandalf es mi novio y estoy embarazada de 4 perritos ...