1. Verano caliente con Gerardo


    Fecha: 27/09/2017, Categorías: Transexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... de sol feroz, se fue a dar una ducha y yo lo seguí dándole charla. Mientras él se bañaba, yo esperaba turno sentado en el inodoro, ensoñado por el porro que habíamos consumido un rato antes. No corrió la cortina y lo vi desnudo, enjabonándose, con los ojos cerrados y la piel brillante de gotas. Entre las piernas le asomaba su pija dura y parada. Se la miré con ganas. Estaba tan absorto que no me di cuenta que se había enjuagado la cara y me miraba, en ese instante me pareció que se había dado cuenta. Se sonrió y yo di vuelta la cara para disimular. –No doy más, estoy muy caliente, dijo por lo bajo. –Si, yo también-, se me escapó. Salió de la bañera y se sentó en el borde sin secarse, así mojado como estaba, abrió la toalla y empezó a acariciarse mientras yo, decidido, me desnudé y deje correr el agua para bañarme. El líquido tibio resbalaba por mi cuerpo y se encerraba por el desfiladero de mis nalgas para derramase entre mis piernas, el pelo mojado se estiró sobre mi cuello. Había dejado de prestar atención al entorno, deleitado por mis sensaciones, cuando me di cuenta que Gerardo había cambiado de posición y me miraba, la boca abierta, el pene duro y su mano derecha que subía y bajaba, gozando. Dudé de lo que estaba pasando aunque por un momento pensé que todo era debido a mí y me deje llevar, me acaricié sensual y con las piernas juntas moví lentamente la cadera, con ademán de gata, enjabonándome, indiferente y a la vez consciente de los ojos de Gerardo clavados en mí. ...
    ... Unos minutos después lo sentí desbarrancar en un largo gemido y, cuando me di vuelta, su leche se le derramaba entre los dedos. Salí de la bañera, me sequé, después no dijimos ninguna palabra. Esa noche, después de cenar, me acosté con un rubor en la cara que no me dejó dormir por un largo rato. Soñé que estaba en un concierto de rock lleno de gente, sin lugar para moverse y un chico de atrás a quien no conocía se frotaba caliente contra mi culo mientras soplaba su respiración tibia en mi cuello. Yo lo dejaba hacer. Cosas raras de los sueños, en un momento ya no tenía pantalón sino una falda y me la estaban levantando. Cuando sentí la carne que me entraba desperté agitado y mojado de transpiración. Gerardo se había quedado viendo la televisión y no lo escuché cuando, tarde, entró en el cuarto. Al día siguiente, muy temprano, tomó la camioneta y se fue al pueblo a hacer unas compras y visitar unos parientes. Me enteré por la nota que me dejó en la cocina. Estaba solo en la casa y empecé a curiosear, con tiempo para hacer nada. En la nota también me informaba que iba a volver al caer el día. Las imágenes del baño me volvían recurrentemente ¿había notado mi excitación? ¿Que estaba temblando? ¿Mi cuerpo desnudo ofreciéndose a él? ¿Había pensado en mí cuando acababa? Mis fantasías aleteaban. Empecé a recorrer la casa. En un abrir y cerrar armarios encontré ropa de mis primas, todo un arsenal al alcance de la locura que a esa altura de los acontecimientos se había apoderado de mí. ...
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