Trabajo como camarero y me trabajé a una huésped
Fecha: 25/05/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos
... Cuando terminamos de servir los desayunos, yo seguía a lo mío, cuando José me dijo que la morenaza estaba en la piscina y le había dicho que si yo podía atenderla, porque había sido muy amable en el desayuno. -Dile que aquí no hay camareros asignados por clientes. Este es un hotel bueno, pero no es de súper lujo con mayordomos y eso. -Yo no le haría ascos, ¿eh? me dice. Ya sabes que no te quita ojo de encima, solo ve y dile que estas ocupado y que no puedes centrarte solo en ella. Le echas un buen vistazo y te vienes. Está tumbada en una hamaca y tiene un cuerpazo. Anda ¡ve tonto! Le hice caso y me fui a la piscina. -Hola, ¿qué quería? Ella me pidió perdón y me dijo si podía traerle un Martini con vodka. ¡Anda, como James Bond! pensé, ¿lo querrá también agitado, pero no batido? jejeje. En esto que me quedé mirando sus piernas. Tenía unos muslos de impresión. Con ese bikini amarillo que llevaba, dejaba poco a la imaginación. Me pareció que incluso, se le marcaban los labios ahí abajo. Como los tíos pensamos con el pito, decidí traerle su Martini con vodka, como me había pedido. Me lo agradeció mucho y me dijo que no volvería a molestarme. Terminé mi turno de la mañana y nos dispusimos a comer en el salón que teníamos aparte para el personal. Pero antes de comer me entró tal calentura recordando esos muslos y ese coño de la morenaza, que tuve que irme al baño y pajearme para quitarme la calentura. Como tardaba en salir, José aporreó la puerta del lavabo. -Vamos tío, deja de ...
... cascártela y vamos a comer. En ese momento me corría, con lo que me salió solo medio gemido, aaaagh, uuugh. Me limpié el semen y salí del lavabo. Allí estaba esperándome José con cara de idiota. -Anda, que te lo has pasado bien ¿eh? Te he oído correrte. Mientras me lavaba las manos, José seguía preguntándome que tal. No le hice caso. Cuando salimos del baño me sentí mal por habérmela cascado pensando en la morenaza y no en mi chica. Aun me quedaba un mes para volverla a ver. Después de comer, me eché la siesta hasta mi turno de la tarde y me olvidé de todo. A eso de las 7, recibo un pedido de la habitación 505. Solicitaban algo de merienda, embutidos, foei-gras y zumo de naranja. Preparo todo y cuando subo a la habitación llamo a la puerta y al abrir me quedé a cuadros, ¡era ella! Pero no podía ser que lo hubiera hecho aposta. No podía saber que iba a ser yo quien le subiera su pedido. Intenté tranquilizarme, que no me notara nervioso. Pero no pude evitarlo y la bandeja me tembló. -Anda, deje que le ayude. Me dijo. Cogió la bandeja y la dejó encima de la mesa. Se disculpó porque me había dicho que no volvería a molestarme y ahora me había tocado subirle la merienda. -Ud no tiene la culpa, le dije. Es mi trabajo y me ha tocado servirla en esta ocasión. En eso que me quedé paralizado. Llevaba puesto un camisón, sin sostén debajo y puede fijarme en sus tetas, grandes y perfectas. Sus pezones y areolas eran redonditos y preciosos. Aunque mi chica tiene unos pechos preciosos, me ...