¡Mi hermana, mi mujer, uf! - Epílogo a cargo de Ana
Fecha: 18/05/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... ambos apellidos iguales, como si fueran hermanos...!” A lo que Dani, con todo el aplomo del mundo, respondió:”En efecto que es raro que mi esposa y yo tengamos los mismos apellidos. Algún trastorno nos ha causado esta coincidencia en algún hotel”. Por ello fuimos riendo al subir con el ascensor. Entramos por fin en la habitación. Junto a la puerta soltamos las maletas en el suelo sin preocuparnos de ellas y besándonos, acariciándonos y desnudándonos mutuamente llegamos al dormitorio lanzándonos los dos a la inmensa cama de matrimonio, sin siquiera ducharnos o lavarnos. ¡Qué importaba ahora eso! Sólo sentíamos la imperiosa necesidad de unirnos ambos en una sólo carne. Dani me quitó la desabrochada camisa para, de inmediato, librar mis senos del sujetador. Y se lanzó sobre ellos con hambrunas ansias, acariciándolos con sus manos, besándolos con sus labios, lamiéndolos con su lengua. A mí me transportaba a un delicioso paraíso, lleno de placer y amor maravilloso. Me atrapó luego los pezones, hambrientos de sus labios, de su lengua y me los chupó, me los lamió y succionó delicadamente, incrementando mis placeres hasta el infinito. Entonces quise yo también disfrutar de su cuerpo, su torso desnudo y empecé a tirar hacia atrás de su camisa, también desabotonada para entonces. El se irguió un momento, separando ligeramente su cuerpo del mío y procedió a despojarse de la camisa, momento que yo aproveché para desabrochar el botón de su pantalón y bajar esa cremallera que guardaba su ...
... deseada masculinidad. La alcancé, la tomé en mi mano y se la acaricié con suavidad, subiéndola y bajándola a un compás lento pero sostenido que intentaba devolverle un poco del placer que él me había otorgado. Dani jadeaba de gusto, de placer y yo me centraba más y más en procurarle satisfacción, al tiempo que mis propias ganas de ser satisfecha por él crecían como la espuma, hasta que mi hermano empezó, literalmente, a bufar como búfalo en celo al tiempo que gritaba: ¡Me voy Ana, me voy, termino, termino, ah, ah, me... Me..Coorroooo! ¡Sí Dani, mi amor, córrete... Córrete sobre mí.... Embárrame todo el cuerpo... Ah... Ah... Creo.... Que yo... Yo…También…Ah…Ag..! ¡Me corro...Dani, querido mío!... ¡Ah, ah! ¡Me estoy corriendo, amor; me estoy corriendo! Acabamos los dos a un tiempo ¡Señor qué gusto, qué placer tan inmenso que mi hermano me había regalado! ¡Y el que yo le di a él! Cayó sobre mí, casi babeando. Nos abrazamos, nos besamos y así, fuertemente enlazados, acariciándonos con cariño infinito, con ternura inefable, quedamos quietos y descansando unos momentos. Entonces Dani me acabó de desnudar quitándome los pantalones y la braga que chorreaba con mis más íntimos fluidos derramándose incontrolados. Se terminó de desnudar él, deshaciéndose de pantalón y slip…y volvió a ocuparse de mi cuerpo que ardía en deseos de él. De mis senos pasó a mi vientre, mi pubis, acariciando los bellos de mi sexo depilado. Entonces, le abrí las piernas, ofreciéndole mi encharcada intimidad. ...