1. ¡Mi hermana, mi mujer, uf! - Epílogo a cargo de Ana


    Fecha: 18/05/2018, Categorías: Incesto Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... a la habitación, aún desnudos, para vestirnos. Dani intentó entonces dar otra vez “guerra”, pero yo le esquivé cariñosamente diciéndole ¡No cariño, déjame ahora, que estoy hambrienta! Además, hay que renovar energías para esta noche volver al “tajo”. Y, riendo de nuevo, escapé de él para empezar a vestirme. Dani, casi cabizbajo, hizo lo propio; pero yo sabía que su expresión era fingida, que con gusto seguía mis deseos. Y es que sabía que siempre sería así: Su mayor placer, complacerme a mí, rendirse a mí. Ya lo dije antes, nunca tan amada, tan querida y adorada como entonces. Bajamos pues al vestíbulo y, en un taxis, nos dirigimos a la Rambla de Almería, donde cenamos una excelente paella. Dani me decía cuando me empeñé en pedirla ¡Jobar Ana, que nos van a tomar por “guiris”! Y qué... O ¿no tenemos derecho los españoles a cenar también paella? Así quedó zanjado el asunto y acabamos, Dani el primero, devorando la suculenta paella. Tras cenar y tomarnos los respectivos cafés, decidimos pasear un rato por ese magnífico paseo, bajo las hermosas palmeras que se mecían acunadas por la breve brisa marina. ¡Qué placidez, qué paz y tranquilidad se respiraba! ¡Qué bello que era todo! La vegetación que delimitaba ambas márgenes del paseo, con frondosos árboles, palmeras... Hasta cerca de las 23 horas nos mantuvimos paseando, yo colgada de su brazo y con la cabeza reclinada en su hombro... Un par de veces nos sentamos en alguna terraza pidiendo unos refrescos, pero la mayor parte de ...
    ... tiempo la pasamos paseando, disfrutando del frescor de la noche, de la paz que nos envolvía, mirándonos con cariño, él a mí con puro arrobamiento y yo, ante su mirada tierna, transportada a un universo de dichas y dulzuras amorosas. Entonces, cuando estaban ya a punto de sonar las once campanadas de la noche en el reloj de la torre de cualquier iglesia, sugerí a Dani: “¿Volvemos al hotel hermanito? Y claro, a toda prisa buscamos otro taxis, regresamos al hotel, subimos a la habitación y... ¡Ja, ja, ja...! ¡Imaginaros la noche que siguió! Al día siguiente, por supuesto, nos levantamos tarde. Cerca del mediodía salimos del hotel, en un taxis marchamos al aeropuerto y sobre las 15,30 horas volábamos hacia Madrid. Desde la capital de España, en un tren regional, nos dirigimos donde Dani y Gloria vivieran llegando a su casa ya muy mediada la tarde, entre las 19,30 y las 20 horas. Durante todo el trayecto enfocamos de cerca nuestra situación: Lo que para los dos estaba claro es que nunca más nos separaríamos, que viviríamos por siempre juntos, como marido y mujer, a pesar de lo que fuera. Pero tampoco había por qué desafiar a nadie ni provocar enemistades innecesarias. Convinimos en que lo mejor era evitar los lugares donde fuéramos conocidos y buscar un lugar para vivir donde pasar desapercibidos, un matrimonio normal entre dos divorciados con hijos cada uno de los dos. De modo que a mi casa mejor no ir, la vendería para comprar otra en un pueblecito cercano. Yo ya le conocía pues ...
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