Mi tío Nico, mi gran profesor, maestro y verdugo
Fecha: 08/05/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: marinat2x, Fuente: SexoSinTabues
Mi tío Nico, desde muy temprana edad me supo enseñar, me supo llevar y encausar para enseñarme lenta y paulatinamente muchas formas de disfrutar en el sexo, las cuales hoy día aplico y recuerdo con cariño. por eso quise compartir con los lectores esa etapa tan bonita de mi vida. Para ilustrar cómo es que me iniciaron en las artes del sexo, empezaré mi historia de la siguiente manera: Transcurrían los años 80 del siglo anterior cuando en un hogar como cualquiera y como el mejor regalo de fin de año, nació una hermosa niña, blanca como el algodón, todos sus familiares acudieron por turnos a conocer a aquella princesa, llevar algún tipo de obsequio y felicitar a sus orgullosos padres. El tiempo fue pasando, sus encantos se fueron acentuando, era la modelo de papá y mamá para lucir hermosos trajes, consentir y dar gusto en muchos aspectos, aunque el responsable de la mayoría de esos detalles fue mi tío Nicolás, muy querido por todos, hermano mayor de papá, con mejores condiciones económicas y muy generoso, por tal motivo era muy bien recibido en mi hogar. Mi tío llegaba a la hora que fuere, a la hora que quería, entraba a la cocina abría la nevera, tomaba jugo, sacaba una cerveza o consumía lo que se le diera la gana, también le preparaban café y almorzaba o comía según la hora del día en que llegara a casa, sus negocios los manejaba con estricta matemática, no dejaba cabo sin ataduras, en fin mis padres le abrían sus puertas debido a que siempre, muy religiosamente cada ...
... quincena llegaba un mercado que llenaba la nevera, eso incluía también cervezas que él mismo consumía, pasa-bocas como galletas, dulces, chocolates y productos de consumo, por tal motivo nadie se atrevía a mezquinar su entrada o impedir su confianza en tomar lo que quería en la casa de mis padres, cuando él decía que quería descansar, se retiraba a la habitación más alejada y allí se refugiaba siempre, claro está que con mi hermanito nos metíamos o él nos llevaba alzados allí a molestarlo, él parecía feliz con nuestra presencia y nuestros juegos. Mi mama no decía nada ya debido a que mi tío se ponía bravo si nos decían algo o nos sacaban de esa habitación a mi o a mi hermanito y en fin ella salía ganado ya que la dejábamos trabajar tranquila. Igualmente junto con el mercado mi tío nos invitaba helados, dulces y cuanta golosina se nos antojaba, asimismo ropa y juguetes eran su especialidad para que nosotros comiéramos de su mano. En mi caso y por ser la mayor de tres hermanos, me consentía de manera única ya que me alzaba, me daba besos, me acariciaba con la plena complacencia de mis padres quienes no veían nada fuera de lo normal en ese comportamiento, es más a mí me gustaba seguramente tanto como a ellos cuando llegaba a casa porque yo corría con mis brazos abiertos para que me levantara en los suyos, además cuando él estaba sentado yo estaba en sus piernas molestándolo, halándole el bigote y dándole besos en su cara, en fin, tal era la confianza que el cariño demostrado delante de ...