1. Mi polvo con el fontanero


    Fecha: 28/04/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... meneando. Cuando vio que lo había visto primero hizo un amago de irse, pero después, se ve que se lo pensó y se acercó con la polla en la mano hasta ponerse al lado de su jefe. Que cabrón, pensé, me debe tomar por una guarra. Era un chaval joven alto y tenía también una buena herramienta entre sus manos, solté por primera vez la del fontanero y cogí por los huevos al ayudante empezando a lamer su aparato desde la base hasta la punta, la tenia larga y caliente, él no paraba de meneársela y aún me podía llenar toda la boca. Ahora estabamos en la mesa de la cocina el chico sentado y yo cogida en el borde chupándole su polla y ofreciendo mi culo al oficial fontanero, que al verme así me la clavó con todas sus fuerzas. Tal fue la envestida que casi tumbo al ayudante de un cabezazo. Nunca hasta entonces había tenido dos pollas a la vez a mi disposición y es una situación que toda mujer debería experimentar algún día en su vida. Tenía delante un cuerpo joven con la polla tiesa y durísima que me metía y sacaba de la boca, la lamía chupaba y besaba y por detrás una polla gorda y veterana entrando y saliendo con maestría de mi coñito. No quería que aquello se acabara nunca, pero me estaba corriendo, estaba fuera de sí, me sentía como una guarra. Cuando empece a gritar de placer el ayudante se corrió en mi cara, yo también me corrí como nunca, era como corriente eléctrica, pero de placer, de gusto, no podía creerlo, le estaba limpiando la polla y bebiendo toda aquella leche joven. ...
    ... Una polla joven es magnifica y gustosa, pero ahora aparecía ya flácida y morcillona ante mí, mientras que la veterana es como un coche diesel, estaba brillante por mis jugos, pero aún tiesa como una mala cosa. Los tres nos reímos. Habría que hacer algo con el pobre fontanero. Nos fuimos los tres a la habitación. A mi me dio por reír, como me podía haber vuelto tan puta en tan poco rato?, por que lo bueno es que no quería terminarlo aquí, yo quería continuar. Nos tumbamos en la cama, yo en el medio, con una tranca en cada mano, una gorda y dura, otra morcillona, pero es asombroso como se recupera la polla de un veinteañero. Podía notar como me crecía en la mano y esto me excitaba, cuando note que volvía a estar brillante y dura me puse encima del chaval para follarmelo, así de claro. Sólo quería follar y follar, me había vuelto como loca. Mientras le cabalgaba con todas mis fuerzas, tocándome con una mano el clítoris, el fontanero se puso detrás mío, se la embadurnó con un pote de crema que encontró en la mesilla y me la endiñó por el culo sin ninguna contemplación. Di un grito de dolor, me hacía daño, mucho daño, pero a la vez me gustaba. Era una polla gordísima, aún no se como pudo meterla, pero lo cierto es que mientras yo me cepillaba al ayudante, el fontanero me cabalgaba a mí con todas sus fuerzas. Ya no sentía ningún dolor, solo un gusto indescriptible, totalmente viva, deseada, sólo pensaba en hacer correr a los dos machos que tenía dentro y me corrí de nuevo y ellos ...
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