La excursion naval - Relatos Eróticos

La excursion naval

... respingo al notarlo.

-Ahmed, la rubia tiene un poco de pelito como a ti te gusta, jajaja.

Después volvió a su asiento y durante un par de minutos continuaron ambos contemplando a las dos mujeres desnudas, que continuaban con sus manos sobre sus cabezas y que habían aprovechado la ausencia del hombre para volver a cerrar sus piernas.

-Ahora vestiros otra vez y enseguida vendrán a buscaros para almorzar.

Los hombres salieron de la sala y las chicas rápidamente se vistieron aliviadas, aunque observadas desde la puerta por el guardián, que dejando la puerta entreabierta no perdía detalle.

Cuando estuvieron preparadas, el guardián las acompañó a la cubierta y allí eran ya esperadas por sus cuatro anfitriones sentados a la mesa. Las sillas reservadas para ellas estaban intercaladas entre ellos, tal y como el día precedente. Y así comenzó el almuerzo servido educadamente por los dos camareros.

-Me ha comentado mi sobrino que han estado jugando a un interesante juego, ¿les ha gustado señoritas?

Ellas se miraron una a la otra como preguntándose si era mejor responder o no y cómo hacerlo. Tras unos segundos de silencio, Patri creyó conveniente que era mejor responder, por lo que zanjó la pregunta con un simple “si”.

-Tenéis que madrugar más, seguro que os hubiera gustado participar, decía Omar en tono irónico.

En este contexto, el mayor de los anfitriones recibió una llamada telefónica que, aunque la conversación discurría en árabe y no era entendible por ...

... las chicas, el tono se notaba agitado. Después de acabar la llamada, comentó también en árabe con sus familiares el asunto y tras unos minutos de charla entre ellos, el anfitrión se dirigió a las chicas.

-Disculpen la interrupción señoritas, se trataba de un asunto urgente. Tengo malas noticias para ustedes. Desgraciadamente es muy posible que mañana sea nuestro último día de navegación y pasado mañana tengamos que regresar porque un asunto importante nos requiere.

-De todas formas, no se preocupen, añadió el otro árabe. Sus vacaciones se verán acortadas, pero seguramente que el resto de tiempo que nos queda será agradable.

Las mujeres no sabían bien cómo interpretar aquella noticia. Por un lado, saber que aquello llegaba a su fin les daba un hilo de esperanza. Por momentos habían pensado que iban a ser secuestradas para siempre y llevadas a algún país árabe como otros casos que habían oído en las noticias. Por otro lado, les preocupó oír la frase de que lo que queda será agradable… ¿agradable para quién?, pensaban para sus adentros.

-Pues vistos los acontecimientos, no perdamos más tiempo, añadía Ahmed a la vez que con su mano indicaba a todos los comensales que se levantasen.

-¿Os parece entonces que adelantemos a esta tarde la sesión de resistencia?

-Nos parece perfecto Omar, dijo su padre.

Todos bajaron por las escaleras a la planta inferior y las chicas fueron conducidas a su camarote, donde fueron de nuevo cerradas bajo llave.

-Descansad y reposad ...