1. En promesa en años. Hecho infidelidad


    Fecha: 23/04/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... se paseaba por los labios de mi coño. Su pantalón estaba a un lado, su camisa de lana aún seguía en su cuerpo. -P...para, esto no era... -miró a Leonardo. -¿Joanne? -¡Andrés! -gemí. -¿Qué pasa? -Quería lla...llamarte. -Bien... Hubo silencio. -¿Joanne? -An...Andrés. -¿Qué? -Me siento un poco... enferma. -Mierda. Toma algo- Andrés dijo algo, pero no escuché, colgué, tiré el teléfono. -Estrecha... estás estrecha. Gemí. Leonardo se introdujo bruscamente. -Muerte para ti... -dije, en gemido. -Preciosa... -Cálla... -Diosa -dice. Da otra estocada. Mis piernas se aferran más a su cuerpo, mis manos están en su cuello. -Come... come mis tetas... -¿Te gusta eso? -Me ayuda a venirme- El río, me besó. El estómago me dolió. -Zorra. Te amo. -No... -gimoteé. -Puta. Hoy. Mañana. Siempre... -dijo. Bajó a mis tetas. -Mi Diosa. Reina -chupó, mordió. Sentí la presión en la parte baja de mi estómago. -¿Te vienes? -preguntó. La cabeza se me puso blanca. Condón. Estaba a punto de llegar y recordé que Leonardo me había metido la polla sin protección. -Sal... salte. Tío. Salte. Estás... Él se detiene, para las estocadas. -¿Sin globo? -Sí... Sonríe. -Pare un hijo mío. -¿¡Qué!? Me toma una teta, la chupa. -Toma la pastilla. Diosa. Esta noche es de ambos, no me detendré por nada. Pare o toma la pasta, no me importa -toma mis mejillas, sus dedos se entierran en ellas- mi amor, no me prohibas esto, mi vida, mi corazón, no me mates envitando eso. Comienza a moverse de nuevo. Cierro mis ojos, no hablo más. ...
    ... Él toma eso como un sí, me muerde, sube, va a mi cuello, llega a mi oreja. Me enloquesco. Eso es. He llegado, los espamos llegan. Él sonríe, no para, no se detiene. Mi orgamos dura segundos, caigo rendida, ojos cerrados. Él se detiene, me toma la cabeza, me besa el pelo, saca su polla. -¿Quieres seguir? -Yo... sí... -respondo, sin ganas. Él no ha llegado, no quiero que esto sea injusto. -Estás cansada mi amor. Abro los ojos, mi boca está entre abierta. Miro sus ojos y él los míos. Mis brazos se aferran a su cuello. -Tú tienes que hacerlo. Espera. Espera un momento. -Mi amor, he visto tu rostro. Mi polla no importa, te he visto gemir. Mi Diosa, te has venido, por mí. -Cállate. Veinte segundos y no hago más que escuchar halagos. -Entra de nuevo. -No. -Dime guarra, zorra, lo que has dicho. -Lo quería decir eso, estaba enojado. -¿Aún está dura? Bajo mi mano, él me la toma. -Métela -lo miro. Él pasa saliva, lo hace. Me aferro de nuevo. Aún cansada, gimo, son suaves. -Diosa, perdona... -Cállate. -Mi amor... te amo -habla en medio de un gemido ahogado. -Solo porque me estás follan- -No. Él se mueve más rápido. -Te amo. -No... no es así... -Te amo mi Diosa. Reina. Leonardo esconde su rostro en mi cuello. Yo le acaricio el cabello. Siempre soñé eso. -Diosa... eres hermosa. Nunca... nunca debí perderte... mi amor... Segundos, sin contar, siento el chorro espeso. -¡Joder! Sus gemidos se mezclan, yo también he llegado. Leonardo quiere salir de mi cuello, pero no se lo permito, le jalo el ...