Amor en el Edén
Fecha: 18/04/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Incesto
Autor: Ser Pïter, Fuente: CuentoRelatos
... Seguidamente cambiamos de posición, yo quedé con la espalda apoyada en la cama; ella comenzó a besarme los ojos, bajó hasta los labios que acarició con su lengua contorneándolos, retomó el camino descendente acariciando mi cuerpo con aquel móvil músculo rosado, blando y húmedo; al llegar a mi enervado miembro; se detuvo, besó el glande repetidas veces; lo hacía de un delicado que me enloquecía, después lo acarició con la lengua; para posteriormente, hacer lo mismo por todo el pene; arriba y abajo, abajo y arriba; más tarde hizo lo mismo con los testículos, caricia tras caricia iba consiguiendo que me acelerara más y más; al momento, sin vacilar se los introdujo en la boca y jugueteó con ellos dentro; el placer era máximo, una maravilla; creí perder el conocimiento por unos instantes. Acto seguido se sacó los testículos de la boca y se introdujo mi rectísimo pene succionándolo con fuerza; la respiración se me cortaba con cada succión, y justo cuando en el momento de eyacular, mi tía Alex tiró hacía atrás con fuerza del prepucio evitando que esto ...
... ocurriera; al momento me exigió que la tomara; no lo pensé dos veces; me coloqué entre sus piernas y me introduje en ella; nos fundimos en un apasionado abrazo mientras realizábamos el amor; nuestros fluidos se mezclaban; el olor corporal que ambos emanábamos inundaba el dormitorio; el sudor resbalaba por nuestra piel mojándola; a cada momento las convulsiones se tornaban más y más violentas; nuestros cuerpos se aceleraban a cada instante; hasta que los dos llegamos a un perturbador orgasmo compartido. Así, uno encima del otro; permanecimos un momento; me salí de ella y me eché a su lado en la cama; Alex se inclinó sobre mí ya cansado miembro y lo acarició con su lengua hasta dejarlo limpio de fluidos. Estuvimos descansando un rato, para más tarde volver a empezar; así toda la noche hasta acabar agotados y casi sin aliento. No nos levantamos hasta la noche del día siguiente, para cenar. Después del merecido descanso y de la reposición de fuerzas, continuamos con nuestros agotadores juegos probando nuevas posturas. Fueron unas vacaciones inolvidables.