1. Amor en el Edén


    Fecha: 18/04/2018, Categorías: Sexo con Maduras Incesto Autor: Ser Pïter, Fuente: CuentoRelatos

    ... de finalizarlo embarcamos de inmediato en la avioneta; que nos conduciría al lugar donde se encontraba el hotel; y en la cual iban también dos parejas de turistas alemanes. Cuando llegamos a la isla pudimos ver desde el aire que no era muy grande; pero sí preciosa, llena de abundante vegetación y palmeras de gran altura. Había también numerosos bungalow y algunos palafitos que se adentraban en el mar. Aquella isla era un paraíso natural con sus aguas cristalinas y playas de arenas blancas. Por fin aterrizamos en una pequeñísima pista de tierra. En un minibús nos condujeron al hotel; mejor sería decir, a la casita principal donde se encuentra la recepción, estando el restaurante anexo a ella; allí nos dieron las llaves. Cuando salimos del edificio nos encontramos con que un botones nos esperaba en un cochecito a batería; como los que se utilizan en los clubes de golf para desplazarse de un hoyo a otro; con todo el equipaje cargado. Durante el corto trayecto el botones nos fue explicando algunas cosillas sobre las actividades que se realizarían durante nuestra estancia en la isla; como bailes folklóricos, interpretaciones típicas para turistas de ceremonias ancestrales... -todo esto apenas lo conseguí entender por mi inglés bastante básico y por el del botones; que tampoco era una maravilla, además del marcado acento francés que me complicaba aún más su entendimiento. Nuestra mayor sorpresa fue comprobar que nuestro alojamiento era uno de los palafitos que vimos desde la ...
    ... avioneta. Bajamos del cochecito y cruzamos la pasarela que unía el palafito con tierra firme. El palafito, se componía de una habitación central; que al mismo tiempo era la más amplia; que hacía la función de cocina, comedor y sala de estar a la vez. En la zona de la cocina había una barra con taburetes alrededor que la separaba del resto del conjunto; en otra zona, cercana a la entrada de la vivienda, se encontraba una mesita baja de cristal; parecía una urna con los bordes de bambú; a través de la cual se podían ver las aguas que quedaban debajo del palafito, a los lados de esta había un sofá para tres, y dos sillones de bambú; a juego con la mesita, los dos. En la parte opuesta se encontraba una mesa; esta de tamaño normal; para seis personas con sus correspondientes sillas. La habitación tenía dos ventanas que daban al mar y mostraban un bonito paisaje. En contraposición con la puerta de entrada había otras dos puertas; una pertenecía al cuarto de baño, con lavabo, bidet, inodoro y una ducha con mampara; todo ello muy recoleto; y la otra puerta era la del dormitorio, con una cama de matrimonio, un armario empotrado, una mesita a cada lado de la cama, con una lamparita cada una, y en la pared que quedaba libre había otro mueble con cajones; en frente de la cama una puerta de cristal corredera. El botones nos pasó las maletas, le dimos propina y se fue. Mientras colocábamos las cosas le propuse a tía Alex que yo dormiría en el sofá por las noches, más bien por cortesía que por ...