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Buscando empleo
Fecha: 22/09/2017, Categorías: Dominación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... como cuando se saca el corcho de una botella de vino.Los mirones se fueron acercando a mí, uno por uno. Unos metieron con fuerza su polla en mi culo, otros me la metieron en la boca y empujaron hasta la garganta con una fuerza hasta casi hacerme vomitar allí mismo; otros se limitaron a clavarme su polla en mi coño, notando como los sus huevos golpeaban contra mi chocha haciendo un ruido de chapoteo.Cuando todos pasaron, la mujer se acercó a mí, se arrodilló y empezó a chuparme el clítoris. A medida que se ponía cachonda me lo mordía pero sin hacerme daño. No aguanté más y un orgasmo se vino desde mi cabeza al tiempo que lancé un gemido que produjo una excitación mayor entre el público asistente a la entrevista de ensayo. De pronto sentí como si estuviera recibiendo una ducha tibia pero viscosa que salpicaba todo mi cuerpo. Era una lluvia con el semen de todos aquellos tipos que estaba cayendo sobre mí. Alguien me agarro fuertemente del pelo y me levantó la cabeza, mientras me obligaba a abrir la boca, y otro chorro de leche tibia, amarga y grumosa entró en mi boca hasta llenarla. Una voz me ordenó que me la tomara. Lo hice. No sé cuanto tiempo pasé complaciéndolos, ni cuántos hombres gozaron de mi cuerpo. ...
... Prefiero no acordarme. Lo que sí sé es que en ningún momento llegue a negarme a lo que me hacían o a tomarme el licor que me daban. Yo ya no era yo.La mujer me llevó a un baño donde me duché y me vestí. Luego me llevaron a una pequeña oficina donde me indicaron que había sido admitida. Me indicaron el horario de servicio al público en el que tendría que trabajar. Me dijeron que como mi situación económica era apremiante me harían inmediatamente un buen préstamo en efectivo que iría pagando con mi trabajo. Me hicieron firmar unos cheques en blanco sobre una chequera que no era mía. Me advirtieron de las consecuencias de incumplir con el compromiso que hacía.Salí en medio de la noche de regreso a mi casa, ubicada en un barrio popular de una ciudad grande. Todos dormían. A partir del día siguiente iba a llegar diariamente con algún dinero para los gastos de la familia. La mayoría nunca ni siquiera preguntarían como lo obtenía. Me miré en el espejo y vi reflejada allí la imagen de otra mujer. En unas pocas horas había envejecido por dentro. Desempeñé este trabajo por cosa de un año, cuando conseguí con uno de mis clientes un empleo en la fábrica donde el se desempeñaba como contador. Con él comencé otra historia.Autor: Aarón