1. Buscando empleo


    Fecha: 22/09/2017, Categorías: Dominación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sus pollas en la mano frotándoselas, endureciéndolas, mirándome así, completamente desnuda.De pronto, alguno de ellos se acercó y puso delante de mi cara su enorme polla. Era larga y gruesa. La introdujo en mi boca para que la lamiera y la mojara bien con mi saliva. Luego me pidió que me parara, me doblara por la cintura y me apoyara en los brazos de la butaca con las manos y abriera las piernas. Mis nalgas quedaron exhibidas al público en toda su plenitud. Mi cuerpo era esbelto, mi cintura estrecha y mis caderas eran muy admiradas por los hombres cuando iba por la calle.El hombre se hizo de tras de mí y me metió su polla dentro de mi chocho. La sacaba suavemente y luego la volvía a clavar con fuerza mientras la mujer me sostenía de los hombros para que no pudiera eludir la presión. Sentí un poquito de dolor, pues mi experiencia sexual no había sido mayor cosa. Un vecino mucho mayor que yo me desvirgó cuando estaba en la secundaria , pero esa relación no duró mucho pues él se fue del barrio y no volvió a mi casa.Pensé que ya no quedaba mucho para que terminaran, pero fui demasiado ingenua, ya que apenas estaban comenzando. Todavía con la polla clavada hasta lo más hondo de mí chocha, noté una sustancia fría y resbalosa en el culo. No pude evitar un estremecimiento al imaginar lo que me esperaba. Las manos que ya me habían hurgado en el coño separaron bien mis nalgas, dejando ligeramente abierto el agujero de mi culo. Un dedo lubricado penetró en él hasta el nudillo sin ...
    ... ningún tipo de consideración, abriéndolo más y más.Las sorpresas siguieron. El hombre le pidió a la mujer que me abriera las nalgas, mientras él cogió unos cubitos de hielo y me los metió a presión por el ano que ya me había ampliado con su dedo. Después supe que esto lo hacían para que la sensación de frío volviera a cerrarlo y así poder empezar otra vez la sesión de culo con el esfínter otra vez apretado.Como otra fase de mi ensayo como trabajadora sexual me enseñaron una especie de cadena de bolas de látex de diferentes tamaños que iban de menor a mayor. Al oído me susurraron que me las iban a meter todas por el culo. El hombre separó mis nalgas ligeramente y apoyó contra mi esfínter la primera bola y presionó duro para que entrara en mi culo. Las tres primeras bolas, las más pequeñas, apenas las note, pero luego fueron haciéndose más y más grandes y la presión que tenían que hacer para que cada una de ellas entrara a través de mi pequeño agujero era mayor, y el espacio que quedaba dentro de mi culo era menor, con lo que me sentía completamente llena. Creo que llegué a contar siete bolas en total metidas dentro de mi culo.Después de la metida de las bolas, creí la demostración del producto había sido suficiente para la concurrencia. Estaba desnuda, jadeando, con las tetas al aire, los pezones grandes y duros y la choca y el culo bien húmedos. No fue así. El hombre haló de la cuerda que unía las bolas y me las fue sacando lentamente una por una, en la medida que hacían un sonido ...