La mujer perdida II (Capítulo VII)
Fecha: 19/08/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Oldieman, Fuente: TodoRelatos
... sentía que la quería a rabiar.
Pero no quería permitirme un momento de debilidad con ella.
Me dirigía la cocina y me hice un café muy cargado. Ella iba detrás de mí como un perrito faldero Casi agobiante.
Al terminarme el café, me dirigí hacia el aseo para darme una ducha.
-¿No me vas a hablar?
Aunque solo sea para insultarme…
Aunque solo sea para decirme lo puta que soy…
Por favor, dime algo…
Haz algo que demuestre que esto no está muerto…-
De repente, y sin dejarme tiempo para poder entrar al baño y ducharme, volví y la cabeza y la miré, la miré con odio, la miré con rencor, con dolor…
Coral estaba completamente aterrada, pero posiblemente estuviese más aterrada de pensar que en cualquier momento le diría que lo nuestro se había acabado…
Su mirada suplicante me hacía ver que la tenía completamente en mis manos.
Y ese hecho nuevamente activó mi parte más animal…
Esa mirada de total sumisión, me hizo olvidar por un momento el pedazo de zorrón que había visto la noche anterior, y sin poder evitarlo, me puse justo frente a ella, y la miré a los ojos con mi mirada de odio.
Ella, mirando hacia mí, con expresión de súplica y completa sumisión, estaba paralizada, no sabía si tocarme, abrazarme o hablarme…
La veía completamente paralizada y aterrada, por miedo a dar un paso en falso.
Su actitud me complacía bastante…
De modo que finalmente di el paso.
Dirigí mi mano derecha hacia detrás de ella, agarrándola del pelo y tirando ...
... de él hacia atrás con furia, dejando expuesta completamente su preciosa cara hacia mí, ella no hizo absolutamente nada, no movió las manos, solo esperaba a mi reacción.
Y entonces... la besé… Y fué un beso con furia, con rabia, con ira… Pero fue un beso apasionado... ¡Auténtico!
Un beso de estos que lo dicen todo, y en mi caso lo dejó muy claro.
Te odio, no sabes el daño que me has hecho, pero aun así, no puedo evitar amarte…
Y continué besándola, ella continuaba sin atreverse a nada, pero mientras me besaba, no podía evitar que pequeños gemidos de llanto escapasen de su garganta.
Las lágrimas se escapaban por sus mejillas, y a mí me parecían lágrimas sanantes.
Porque de alguna manera, toda la rabia, el dolor y lo que estaba sintiendo en ese momento, me regocijaba.
De repente, dejé de besarla y con toda la rabia del mundo, le arranqué la camisa, su mirada y su expresión expectante, le daban a entender que terminaríamos haciendo el amor.
Qué lejos estaba de lo que realmente iba a ocurrir…
Inmediatamente, de un nuevo tirón, le arranqué el sujetador, y sus pechos grandes gruesos y generosos se Bambolearon. Con el vaivén del tirón de la prenda, me di cuenta de que ese tirón le había hecho daño, pero no se atrevió a quejarse, aunque una pequeña expresión se escapó de su cara, de la que por cierto, ya había dejado de brotar lágrimas, aunque continuaba con los ojos muy abiertos y expectantes…
Con su torso completamente desnudo, su camisa hecha jirones y ...