Cumpleaños de Nadia - Relatos Eróticos

Cumpleaños de Nadia

... analgésico debajo de la cama. Había seleccionado un precioso vestido de seda amarillo entallado hasta las rodillas que mostraba generosamente toda la espalda, el fin del escote lo decoraba un broche en forma de mariposa. Quedaba totalmente claro que no llevaba sujetador. Bajó al hall para hacerse una foto y subirla a Facebook e Instagram con un mensaje de agradecimiento a todas las felicitaciones. Esmeralda continuaba sacando maletas hasta que vio el coche de Martín, le hizo un gesto para que aparcase en la puerta, ellos ya se conocían. Nadia estuvo en las fiestas del pueblo de Esmeralda y Martín la sorprendió con tres amigos más. Pasaron la noche bebiendo, bailando, riendo y disfrutando del sabor que deja el verano, ambos se cayeron extraordinariamente bien y el hábil de Martín aprovechó la borrachera de Esmeralda para extraer mucha información sobre Nadia. Ella continuaba con su sesión fotográfica, Martín detuvo el coche en la puerta y desde la distancia se burlaba de sus poses y le gritaba: -Ya estamos con el postureo. ¡Viva el postureo! Cuando finalmente le gustó una de las cien fotos salió a buscarle, él había salido del coche para saludar a Esmeralda. Se presentó con unos jeans ajustados, cual Peter Pan y una camisa abotonada de color azul claro. Simplemente perfecto, no le hacía falta nada más para estar ideal. Nadia y Esmeralda le miraban de arriba abajo boquiabiertas y con miradas sucias, él intentaba disimular su timidez diciendo que no era para tanto, iba ...

... normal. Se despidieron de Esmeralda y subieron al coche, Martín se acercó al oído de Nadia y le dijo que estaba muy muy guapa seguido de un beso en la mejilla izquierda, ella le dijo que eran una pareja de guapos, él sonrió y subió el volumen de la música. Se dirigían hacia Brassa de mar, por el camino iban cantando y robándose mirandas. Nadia bajó el volumen para decirle que había intentado organizar un buen plan para esa noche, pero había un factor natural que jugó en su contra. Él acertó al instante. — ¿Te ha bajado la regla? bueno no pasa nada. -Le tranquilizaba. Era un buen guerrero, no le importaría manchar su espada con sangre, ya le había sucedido el mes anterior. Pero Nadia mentía, solo quería marearle. Aparcaron. Aarón, uno de los camareros saludó a Nadia con la efusividad de alguien que nunca ha visto una mujer linda, le acercó a la mejor mesa del restaurante y le ofreció su vino blanco preferido, espumoso a la par que dulce. Nadia quería retocarse el pintalabios y se levantó para ir al baño, detrás de ella había una mesa de chicos celebrando una despedida de soltero. Ella era coqueta y le encantaba gustar. Los tacones de 10 centímetros le habían prestado esbeltez, tenía la gracia de un maniquí y sabía llevar la ropa. Caminó recta, sexi y con mirada firme hacia el baño. La mesa enloqueció cuando dio un paso: piropos, aplausos y silbidos. Cuando salió del baño se repitió la escena, nada más se sentó, Martín le interrogó: —¿Esto es normal? –Preguntaba tajante. —¿A qué te ...