El arte de mi hijo - Relatos Eróticos

El arte de mi hijo

... izquierda, debajo de mi nariz, a través de mis labios y terminó debajo de mi barbilla con una gran gota que estaba a punto de caer.

Hice dos cosas sin pensar, por instinto. La primera fue frotarme los dedos debajo de mi barbilla para atrapar la gota.

La segundo fue limpiar mis labios de la sustancia invasora. Desafortunadamente, lo hice con mi lengua. Fruncí mis labios y di una gran y amplia lamida a través de ellos. Metí mi lengua devuelta a mi boca y tragué reflexivamente.

Luego, el sabor y el olor señalaron lo que acababa de hacer: ¡Acabo de saborear y beber el semen de mi hijo!

- "¡Joder!" Dije en el espejo.

Me quedé allí durante unos segundos, atónita. Luego, mi mente volvió a las palabras de Javi: “¿Qué pasaría si todo este semen entrara dentro de ti?”.

Observé todos los chorros individuales e imaginé la enorme cantidad que se llegaría a juntar si se vaciara todo en mi vagina, todos esos espermatozoides liberados dentro de mi vientre. La respuesta a la pregunta de Javi era obvia:

- “Quedaría embarazada”, me dije.

Me quité la camiseta, me limpié la cara y el cabello con ella, llené el lavabo y froté la ropa con jabón durante más tiempo del necesario.

Luego me metí a la ducha y traté de limpiarme durante mucho, mucho tiempo.

Terminé de secarme y me puse la bata cuando llamaron a la puerta.

- "¿Mamá? ¿Estás bien? Has estado ahí por mucho tiempo”, dijo Javi. Su voz era la misma de siempre, pero sonaba diferente, filtrada a través de ...

... nuestra reciente experiencia compartida.

- "¡VETE! ¡déjame sola!" Mi propia voz estaba llena de ira, miedo, vergüenza y tal vez muchas otras emociones que no pude identificar.

- “¡No seas así, mamá! Deberíamos hablar."

- “Javi, vete y déjame en paz. No tengo nada que decirte. Es vergonzoso.”

- “Me deje llevar, mamá. Eso es todo. Fue algo natural y me alegro de que haya sucedido”.

Eso hizo uno de nosotros. Debería haberlo sabido mejor y no haber sido una participante tan dispuesta, aunque inconsciente. Yo era la adulta y debí haber tenido el control de la situación. Nunca debí dejar que esto sucediera: un acto sexual entre una madre y su hijo.

- “Bueno”, dijo Javi a través de la puerta, “te hice algo especial. Lo deslizaré debajo de la puerta. Espero que te guste."

Escuché el crujido de un papel y vi que la hoja se deslizaba hacia adentro, boca abajo.

“Voy a romper eso de inmediato”, pensé. Pero, después de cepillar mi largo cabello castaño húmedo, me acerqué y recogí la hoja de papel de Javi. Por un momento pensé que podría tratarse de una carta de disculpa. no lo fue.

Era un hermoso retrato de mi rostro, detallado y matizado con expresión y emoción. Pero, no era solo mi cara.

La perspectiva era como si una cámara tomara una foto desde el techo. Mi cuerpo desnudo estaba a horcajadas sobre Javi, mi cabeza inclinada hacia atrás, con mi cara hacia el cielo. Su rostro también fue dibujado exquisitamente, capturando el momento que estábamos compartiendo. ...