Al Servicio del Sultán 3 - Relatos Eróticos

Al Servicio del Sultán 3

... oasis.

13 de Diciembre del año 1183 / 25 de Sha’Bân del año 579

“Saladino quiere reunirse conmigo mañana;” le digo a Zeiga mientras comienzo a besarle el cuello y a bajar por su cuerpo.

“¿Sabes que quiere?” me pregunta mordiéndose el labio por el placer que le producen mis caricias.

“No lo sé, Hafel solo me ha dicho que se trata de mi primera misión como Embajador de Saladino, pero no me ha dicho más, mañana nos lo contará;” le respondo.

“¿También quiere verme a mí?” pregunta Zeiga.

“Sí, Moussa ha debido de llegar hace unas horas y está reunido con Saladino;” le contesto volviendo a acercar mi boca a su cuerpo para seguir besándola, deteniéndome en sus pezones, besándoles y mordiéndoles, provocando que comience a gemir y a protestar.

“¡Mierda! ¡No hagas eso!” me grita cuando aprieto mis dientes sobre sus duros pezones.

“¿Y qué vas a hacer para evitarlo?” le pregunto centrándome en el otro pezón.

Zeiga continúa protestando y comienza a forcejear con las cuerdas que la atan al cabecero de la cama.

“¡Estate quieta!” le ordeno estirando uno de sus pezones hasta hacer que suelte un pequeño grito. “Eres tú la que has querido jugar a esto.”

Hace unos días, después de uno de nuestros juegos con Yaritza y Merary, atadas a la cama, llevándolas primero al borde y luego a un orgasmo tras otro, Zeiga me pidió que una noche hiciésemos algo parecido. Esta noche cuando nos retiramos a nuestras habitaciones, nada más llegar la empujé sobre la cama y até sus ...

... manos a la cabecera de la cama y sus tobillos a las patas, arrancándola luego la ropa.

“Eres una esclava caliente;” le digo llevando mi mano a su coño, encontrándolo empapado. “Vamos a tener que hacer algo para solucionarlo, por desgracia mi brazo sigue sin curarse completamente;” añado levantándome de la cama dirigiéndome a la puerta, abriéndola para dejar paso a Yaritza y a Merary, con unas pollas de marfil atadas alrededor de su cintura.

No es la primera vez que Zeiga es follada por nuestras esclavas, pero siempre ha sido con ella llevando el control, ahora atada como está, no va a poder hacer nada para evitar que jueguen con ella.

Sin perder tiempo ambas esclavas se arrodillan entre las piernas de Zeiga y comienzan a masturbarla, usando sus lenguas y sus dedos, llevándola al primero de los muchos orgasmos que la esperan. Mientras las dos esclavas siguen ocupándose de su coño, yo me siento a su lado con mi polla a la altura de su cara, en esa postura Zeiga no puede hacer nada para evitar que la lleve a su boca y comience a follármela.

Zeiga es muy buena chupándome la polla, es capaz de llevársela hasta la garganta sin problemas, pero en esta postura solo puede aguantar y tratar de respirar cuando la saco por completo antes de volver a introducirla de golpe. Me corro obligándola a tragar mi semen, cuando lo hago me visto para salir de la habitación.

“No la desatéis hasta mi vuelta;” les digo a Yaritza y a Merary cuando salgo por la puerta.

Me dirijo a la ...