Al Servicio del Sultán 3 - Relatos Eróticos

Al Servicio del Sultán 3

... de pronto provocando que todos soltemos una carcajada.

“Aprovecho para comentaros lo que he decidido hacer con Maira;” les digo a los presentes. “Voy a enviársela como esposa a Muntou, el hermano de Merary junto a los gladius, para que puedan continuar la tradición.”

“Suponía que ibas a hacer eso en cuanto oí la historia de Merary;” me responde Moussa, “Fue otro de los motivos por los que elegí a Laila, Maira es más fuerte, se adaptará mejor a la selva.”

“Pero eso no será pronto, todavía tengo que enseñarle algunas cosas y disfrutar de su culo virgen y de su boca;” añado sin pensármelo, provocando de Zeiga me dé un pequeño puñetazo. Luego sin saber porque nuestras miradas se centran en Laila que baja la mirada con el rostro cada vez más rojo, dándonos a entender que ella ya no es virgen en ninguno de sus agujeros.

“Que puedo decir, no me gusta esperar;” señala Moussa confirmando nuestras sospechas.

4 de Noviembre del año 1183 / 16 de Rajab del año 579

El tiempo parece volar cuando todo va bien, y eso es lo que ha ocurrido esta última semana, una semana ocupada por los preparativos de la boda de Moussa y Laia.

A diferencia de mi boda y la boda de Moussa y Sarah, que contó con miles de invitados, ésta ha sido una boda sencilla, solo los líderes de las tribus súbditas de Moussa han asistido, ellos y un Hafel que apareció hace dos días, y que aunque todavía no nos ha dicho los motivos de su llegada es evidente que no venía para la boda.

La ceremonia es ...

... rápida y la fiesta posterior más, parece que Moussa tiene prisa por seguir enseñando placeres a Laila. A pesar de que ella piensa que es una esclava ya que no la he comunicado mis intenciones, he dejado que Maira asista a la ceremonia vestida según su rango, aunque en cuanto nos hemos quedado solos Zeiga, Hafel y yo, no solo la he obligado a desnudarse, sino a atender a nuestro invitado.

Mientras Zeiga y yo nos besamos con Yaritza y Merary arrodilladas a nuestros pies, Maira atiende la polla de Hafel, que manteniendo la mano en su cabeza la va instruyendo.

“Me he enterado del embarazo de Jimena;” me comenta Hafel, “¿Cómo se encuentra?”

“Está muy feliz aunque hoy se encuentra un poco indispuesta, por eso no ha asistido a la ceremonia, ;” le contesto a Hafel, “Mañana ya podrás verla y disfrutar con ella si lo deseas.”

“Tendrá que ser durante nuestro viaje de regreso a Alejandría, salimos por la mañana;” me dice tranquilamente mientras se corre en la boca de Maira.

“Lo suponíamos;” le contesto mirando a Zeiga, “Tenemos todo preparado para la salida.”

Minutos después de la salida del sol tenemos todo dispuesto para iniciar el viaje de vuelta a Alejandría, aunque antes hay una cosa que tengo que hacer.

Llamo a los seis guerreros nubios de Merary que me juraron lealtad en el oasis y que estaban preparados para el viaje.

“Elegid a dos para regresar con vuestra tribu;” les digo, “Iréis acompañados por una escolta de hombres de Moussa y dos regalos para el Jefe ...