Al Servicio del Sultán 3 - Relatos Eróticos

Al Servicio del Sultán 3

... un beso en los labios, aprovechando para arrastrarme a la zona de las almohadas y tumbarme al lado de Jimena. “Nosotras nos encargamos de ponerte a punto y a ayudarte a follarte a Maira;” añade tumbándose a mi lado.

Sin dejarme tiempo para protestar, entre Zeiga y Jimena me bajan los pantalones y se disponen a atender mi polla y ponerla dura, aunque solo anticipando lo que viene ya es suficiente.

En este tiempo he disfrutado de Zeiga junto a alguna de mis esclavas, pero sin saber bien porque, nunca he disfrutado de Zeiga y Jimena a la vez, y el saber que ahora las tengo a las dos atendiendo mi polla me vuelve loco.

Jimena baja su boca sobre mi polla y la envuelve con sus labios, Zeiga al ser una mujer libre la agarra en la base y comienza a mover su mano hacia arriba hasta tocar la cara de Jimena. Ambas jóvenes solo se detienen cuando Maira suelta un intenso gemido al llegar a su primer orgasmo como esclava.

Los tres miramos a Yaritza y a Merary, que se han detenido esperando mis órdenes.

“Seguid haciendo que se corra;” les ordeno.

Después de esta pequeña distracción, Zeiga une su boca a la de Jimena y ambas parecen iniciar una pequeña competición en ver quien se la lleva más profundo en su garganta, no quedando muy claro quién es la ganadora, ya que Zeiga aparta a Jimena y se sube a horcajadas sobre mi cuerpo empalándose en mi polla.

Mientras Zeiga monta mi polla, Jimena no parece saber muy bien que hacer, la indico que se siente a mi lado y empiezo ...

... a jugar con sus pezones anillados, unos anillos que tendrán que ser retirados dentro de unos meses cuando tengan que amamantar al futuro bebe.

El embarazo ha hecho que las tetas de Jimena pasen de un tamaño no muy grande, a unas tetas tan grandes como las de Merary o alguna de las esclavas de Saladino de su harem de Alejandría, volviéndolas además extremadamente sensibles, permitiéndome llevarla al orgasmo sin prestar atención a su coño.

Jimena llega al orgasmo, pero Zeiga después de haberse corrido hace unos minutos no parece estar cerca del suyo. No quiero follarme a Maira antes de haber hecho que Zeiga se corra, y haberme corrido yo en su interior, así que decido hacer otra cosa.

“Ayúdale a correrse;” le ordeno a Jimena que se coloca entre mis piernas centrándose en el clítoris de Zeiga, lamiendo a la vez mi polla cuando entra y sale del coño de mi esposa.

Un par de minutos después Zeiga y yo nos corremos a la vez, y una voraz Jimena se traga tanto los jugos producto del orgasmo de Zeiga, como los restos de mi semen que su coño no es capaz de retener.

Mientras nosotros follábamos, Yaritza y Merary han llevado a Maira a otros tres orgasmos, dejándola agotada y exhausta, colgando sin fuerzas de sus restricciones.

“Desatadla y traedla hasta aquí;” les ordeno a las dos esclavas, que obedecen rápidamente arrojando a Maira a mis pies.

“¡Por favor!” me suplica levantando la mirada hacía mí.

“No voy a liberarte por mucho que me supliques;” le respondo a ...