Al Servicio del Sultán 3 - Relatos Eróticos

Al Servicio del Sultán 3

... admirar sus cuerpos, ambas son esbeltas con tetas no demasiado grandes, tal vez un poco más grandes las de Maira, son muy parecidas, aunque seguramente Maira es hija de una esclava blanca, como denotan su piel pálida y sus ojos azules.

En lo que son completamente opuestas es en su carácter y personalidad, Laila es tímida y asustadiza, y mantiene la mirada baja, mientras que Maira a pesar de la situación se mantiene orgullosa y desafiante.

“Si no te importa, amigo Eric, me quedo con Laila;” me comenta Moussa, “No tengo fuerzas para domar a una fiera como Maira, ya tengo bastante con una tigresa en la cama;” añade mirando a Sarah, que sonríe pensando en lo que va a disfrutar jugando con su nueva esclava.

“Llevadla a mi tienda, comenzaré a domarla esta noche;” les ordeno a mis esclavas.

Moussa y yo nos quedamos solos en la tienda disfrutando de un poco más de licor de dátil, y fumando en unas elaboradas pipas. Después de diez minutos esperando ambos estallamos en una carcajada.

“Parecemos unos recién casados esperando que preparen a la novia;” le comento a Moussa.

“Creo que ninguno de los dos esperamos a la noche de bodas para follarnos a nuestras esposas;” me responde Moussa, “Aunque es verdad que esta noche seguramente disfrutaremos de unos coños apretados y vírgenes.”

“Nos vemos mañana;” le comento a Moussa levantándome.

“No te canses demasiado y deja algo para cuando regresemos a la fortaleza, quiero partir al amanecer, no quiero sorpresas;” me ...

... contesta refiriéndose seguramente a más tropas del Emir de Cirenaica.

Cuando llego a mi tienda me encuentro con que Zeiga y las esclavas no han perdido el tiempo con Maira, la han atado a un marco de madera y tiene algunos golpes de latigazos en su cuerpo, aunque ahora Yaritza está arrodillada entre sus piernas comiéndola el coño, mientras Merary besa y lame sus tetas. Sobre unas almohadas, Zeiga está sentada sobre la cara de Jimena que está masturbándose con sus manos.

“La estamos preparando para usted Maestro;” me dice Merary, “A pesar de toda su resistencia, todo su cuerpo se estremece cuando juego con sus pezones;” añade mordiendo uno de ellos, provocando que Maira suelte un grito mezcla de dolor y de placer.

“Como suponíamos es virgen;” comenta Yaritza, “Su coño es estrecho, pero se abre fácilmente cuando llevo mis dedos dentro, en cambio en su culo apenas he podido meter un poco mi dedo índice, vais a tener que tener cuidado cuando os lo folléis;” me dice.

“No te preocupes por ella, tendré cuidado, sé lo que tengo que hacer para desvirgar un culo apretado;” le respondo a Yaritza, “Acaso olvidas que he desvirgado tanto tu culo como el culo de Jimena y Merary.”

“Y el mío también;” salta Zeiga colocándose a mi lado, con la voz entrecortada por el placer y la respiración agitada después de haber llegado al orgasmo gracias a las atenciones de Jimena.

“Por desgracia para ti, respecto a lo que tendrás que tener cuidado es con tu brazo roto;” me dice Zeiga dándome ...