1. la sumisa y su novio cuckold


    Fecha: 06/12/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: parejasumisa, Fuente: SexoSinTabues30

    ... chivateó mi novio. Ciñó el cordaje que ajusta la máscara a mi cabeza, y solo el tramo justo de mi fosa nasal abierta para poder respirar bien quedo al descubierto.
    
    Aquella liberación provocó un efecto inaudito, un dolor brutal que me hizo morder la mordaza con fuerza, y que provocó lágrimas de dolor por debajo de la venda. La sensación de castigo me excitó muchísimo, y el chillido que emití se fundió con otro gemido, el de placer, cuando metió un vibrador al fondo de mi vagina empapada.
    
    El primer orgasmo lo tuvo al primer minuto, y ya me quedé en un estado que para nada era relajado. Al mismo tiempo, jugueteaba con mis pezones doloridos, los tocaba, pellizcaba, retorcía, masajeaba, pero cualquier roce aumentaba mi sufrimiento. Mi cerebro había entrado en un éxtasis en el que ya no sabía mi nombre ni qué hora era ni dónde estaba. Sólo sentía placer por la vagina y castigo por los pezones.
    
    Después añadió a la fiesta un vibrador de estimulador de clítoris, y eso ya fue una tortura invencible de orgasmos. Tuve uno, dos, tres, y al cuarto yo resoplaba como un búfalo enrabiado. No pedí pausa ni descanso ni lo quería ni lo iba a hacer, y fue el Amo quien decidió atajar los castigos cuando yo estaba inmersa en un orgasmo perpetuo, o era uno detrás de otro, pero las convulsiones y contracciones no cedían, no aminoraban, hasta el extremo de que, ya sin vibradores, diría que tuve otro orgasmo.
    
    Aún estaba bajo sus efectos que noté el cuerpo musculoso pegarse a mi torso, ...
    ... ombligos tocarse, y su polla carnosa entró toda dentro de mí. Allí ya sí que no sabía yo ni qué día era, ni si era enero o marzo o diciembre o estábamos en Marte. Me volví absolutamente loca, sumisa, entregada al placer y a su dominio y al sexo. Embestía como un toro, yo apresada en la cruz clavada en la pared, y esto de los orgasmos ha de ser contagioso, porque tuvimos los dos el orgasmo al mismo tiempo.
    
    Retiró su polla, y me dijo que se iba a duchar. Me quedé en la cruz sola con todo intacto, atada, amordazada, enmascarada, desnuda, y me encantó. No sé si fue media hora o cuánto fue, pero se me hizo corto. Yo quería más tiempo cuando vino a desatarme.
    
    Libre de cuerdas y mordazas, miré al suelo cabizbaja de inmediato cuando me quitó la venda.
    
    Anduve desnuda hasta el rincón que formaba el sofá en la esquina del comedor.
    
    Obedecí sin pensarlo.
    
    Así lo hacía yo sin parar.
    
    En esa postura me mantuve inmóvil como si fuera un jarrón o un florero. Se puso a ver la televisión, comió de la nevera, y yo seguí sumisa y disciplinada mientras avanzaba la noche. Es curioso, pero no tuve ni hambre ni cansancio ni sueño, y supe que era ya muy de madrugada porque llegó mi novio.
    
    Ambos me miraron, y yo seguí sin hacer movimiento, postrada de rodillas y mirando al suelo.
    
    Lo hice al momento.
    
    Avancé hasta llegar a la altura de los pies del Amo, y al llegar recibí un azote en la nalga con la fusta.
    
    Volvió a azotarme.
    
    Al llegar al veinte termino y dije “gracias ...
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