la sumisa y su novio cuckold
Fecha: 06/12/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: parejasumisa, Fuente: SexoSinTabues30
... mirada desprendía un clima caliente y de deseo entre ambos.
Llegué a casa, y le expliqué todo a mi novio, que también es sumiso, muy pasivo, y le gusta el rol de cornudo. Le dije que el chico era guapísimo, le conté el rollo que nos habíamos creado de Amo y sumisa entrenando, que era excitante, musculoso, que me encantaría ser su sumisa, y le dije que tenía que conocerlo, porque además es muy simpático y agradable.
Vino a la playa el viernes siguiente, dado íbamos a ir de fiesta después y cenar fuera de casa. Llegó ya con la noche caída, y nos encontró charlando en la orilla de la playa. Yo vestía un bikini blanco muy sensual y pequeño que adornaba mi figura de pecho firme y cintura estrecha, y el chico llevaba un pantalón de deporte, con el torso desnudo.
Los presenté, se saludaron, y apenas llevábamos cinco minutos hablando de deporte y entrenos que mi novio le preguntó qué tal es en sexo. Yo me quedé parada.
Entonces mi novio le explicó todo. Le contó lo que yo había dicho, que lo veía guapísimo, que quería una aventura erótica con él, y que me gustaría ser su sumisa.
Mi novio insistió en que lo había dicho de verdad, que lo decía en serio, y le contó mis gustos, que me gusta que me impartan disciplina, que sean Amos severos pero educados, muy activos sexualmente, que me castiguen, que me tengan atada, y me vuelvan loca de placer. Le contó que en el dormitorio tenemos cuerdas a montones, mordazas, capuchas, vibradores, fustas, pinzas, y le dijo dónde ...
... estaban.
Entre mi novio y él se cruzaron una mirada y sonrisa cómplice, y acto seguido el chico tomó las riendas del juego. Se puso en pie, me miró perversamente, y al mirar yo hacia arriba por ver qué hacía me dijo:
Me quedé petrificada unos segundos, pero rápidamente sonreí, seguí la corriente del juego, y agaché la mirada a la arena de la playa.
Me ordenó recoger las cosas, y vistiendo sólo el bikini tanga y descalza nos fuimos camino de casa.
Obediente y cumplidora, llegamos al portal de mi casa. Yo estuve todo el rato callada y cabizbaja mientras mi novio y él hablaban sin tapujos de mis gustos sexuales. El capullo de mi novio le desveló todos mis secretos, mis fantasías favoritas, y lo que hacíamos.
Subimos a la tercera planta, y sólo entrar en casa me puso de cara a la pared, brazos abiertos levantados, palmas apoyadas en la pared, y piernas muy abiertas, en la posición de cacheo o de prisioneros de guerra.
Durante unos minutos me quedé sola e inmóvil mientras él y mi novio recorrían el piso y las habitaciones. Volvieron unos cinco minutos después, y yo seguía en la misma posición, estática como una estatua.
Yo aún estaba bajo el impacto de su frase cuando sin demora recibí el primer azote en las nalgas. A pesar de llevar el bikini tanga puesto, noté el azote, porque es un bikini minúsculo que descubre todo el culo menos la raya.
Me dio un segundo azote, y dije, “dos, Amo”.
Justo entonces hubo una breve pausa. Mi antifaz favorito de tela gruesa y ...