1. Apuestas y juegos de azar


    Fecha: 03/12/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Novio Cuckold, Fuente: CuentoRelatos

    ... unos minutos y la sentó en la cama, acercó sus manos a la espalda de ella y le quitó el brassier dejando al aire esos enormes melones que tiene ella.
    
    Él poniéndose detrás de ella empezó a besar el cuello y oler su cabello mientras que con sus manos acariciaba sin discriminación alguna sus grandes tetas, con sus manos amasaba aquellos pechos mientras Ana soltaba pequeños gemidos dejándole saber al hombre que la tenía a su completa disposición. Después de tocarle constantemente los senos El Toro acostó a mi esposa boca arriba y se puso encima de ella, poco a poco se fue acomodando hasta que su cabeza quedó a la altura de sus tetas, llevó su boca a los pechos de Ana y uno a uno los devoró como un animal, pasaba su lengua en los pezones haciéndolos ponerse duros, entre suspiros mi esposa exigía más.
    
    Luego de un rato de comerle las tetas tan satisfactoriamente El Toro fue bajando hasta llegar a la intimidad de ella, con sus dedos fue explorando la zona metiendo uno o dos dedos dentro de la tela, Ana abrió las piernas deseosa de atención y el hombre bajó la pequeña tanga hasta dejar completamente desnuda a la madre de mi hija, fue ahí que pude observar que tenía su zona intima completamente depilada, se había depilado, cosa que en 12 años conmigo jamás había hecho, eso me frustró. El Toro puso su cabeza entre la vagina de Ana y fue lamiendo su monte de venus en toda su extensión, con su lengua masacró la clítoris de mi mujer y sus gemidos no se hicieron esperar, mientras él ...
    ... le comía la vagina ella lo tomaba de la cabeza y lo hundía en su intimidad pidiendo más.
    
    -Cogeme. -dijo mi esposa.
    
    -¿Quieres verga eh?
    
    -Siii.
    
    El Toro subió su pesado cuerpo encima de Ana hasta quedar cara a cara, le abrió las piernas y hundió su herramienta en la mojada vagina en un sólo movimiento.
    
    -Ahhh. -mi mujer soltó un quejido adolorido.
    
    -No te quejes, vas a ver que me la vas a pedir más.
    
    Ambos se besaron de forma sucia durante varios minutos hasta que El Toro empezó a penetrarla y ella comenzó a jadear profundamente por el placer que él le causaba, no podía entender como aquel grueso trozo de carne podía entrar en la raja de mi esposa, Ana enredó sus piernas al cuerpo del sudoroso hombre y él la levantó con una descomunal fuerza y la empezó a coger de esa forma, aquel hombre se cogía a mi esposa en el aire mientras yo observaba todo desde un rincón con una mezcla de enojo, vergüenza, morbo y excitación.
    
    Fornicaron en aquella posición un buen tiempo, luego él la aventó en la cama como si fuera de trapo y se acostó boca arriba con un miembro frondoso y erecto esperando por ella.
    
    -Vas puta, cabalgame.
    
    -Si.
    
    Mi esposa se trepó encima del hombre y ella misma metió la verga en su concha, cuando entró suspiró aliviada como si necesitara tenerla dentro, ya encima y empalmada empezó a cabalgarlo con movimientos suaves, cada que el grande pene tocaba lo más profundo de su intimidad ella gemía como gata en celo, minutos después los movimientos se ...
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