1. Apuestas y juegos de azar


    Fecha: 03/12/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Novio Cuckold, Fuente: CuentoRelatos

    ... tornaron más fuertes, mi mujer saltaba y se ensartaba en el tronco del hombre con gran entusiasmo, los grandes pechos de Ana colgaban y se tambaleaban a la par de cada penetración, en ocasiones El Toro las atrapaba y las llevaba a su boca chupándolas provocándole a Ana un mayor placer.
    
    Luego de montar al macho por más de veinte minutos Ana no resistió más y llegó a un escandaloso orgasmo empapando el pene de El Toro de fluidos vaginales. Ella descansó su cuerpo sobre el de él tratando de reponerse pero él no parecía venirse pronto siguió taladrando a mi mujer como si nada.
    
    -Por dios... Ya no puedo. -exclamó mi esposa.
    
    -Esto va a terminar cuando quiera, ¿ok?
    
    -Ahh... Sí.
    
    Apenas ella quería parar cuando su cuerpo la traicionó y exigió más sexo, sus gemidos la traicionaron.
    
    -Ves, tu cuerpo pide castigo.
    
    -Dame más.
    
    Ahora la puso en cuatro y él se posicionó detrás de ella, le pegó un par de nalgadas tan fuertes que le dejó los glúteos colorados, penetró a mi mujer con su grueso instrumento y se la empezó a coger de a perrito, él la tomaba de las caderas y con harta violencia la traía y alejaba a su cuerpo, el cabello suelto de Ana se le pegaba al rostro por tanto sudor, sus jugosos pechos bamboleaban de un lado a otro y El Toro descansaba su enorme panza en la espalda de mi mujer, la tomó del cabello mientras la follaba y le empezó a hablar de manera sucia y vulgar.
    
    -Mmmnh, eres toda una zorra ¿verdad?
    
    -Sii.
    
    -¿Quien se iba a imaginar que una simple ...
    ... ama de casa podría ser toda una puta en la cama?
    
    -Ya sé.
    
    -¿Te gusta mi verga?
    
    -Siii, me llenas toda.
    
    El Toro la siguió penetrando hasta que Ana no pudo más y se vino por segunda vez, sus fluidos mancharon de nueva cuenta la reata del hombre y también la cama, ella se tiró sobre la cama toda sudorosa y con la respiración muy agitada. Por el ángulo en que yo estaba podía ver su rostro y ella el mío, no podía reconocer a mi propia esposa, tenía una mirada profunda y perdida, sin resistencia alguna se había entregado a ese hombre que me había aterrorizado por meses y apenas era el primer día.
    
    -Ya después vas a mirar a tu esposo, hoy yo soy tu hombre pendeja.
    
    El Toro la tomó del cuello y la levantó para besarla sin ningún tipo de emoción, aún así ella le correspondía atentamente, Ana lo abrazaba necesitada de cariño mientras él con sus manos masajeaba el culo de mi esposa, embadurnó sus dedos con los pocos jugos vaginales que habían en el sexo de Ana, llevó los dedos a la boca de ella y se los dio a probar, mi mujer chupó sus sucios dedos probando su propio sabor. Terminó y puso una gran sonrisa que hasta hoy me causa pesadillas.
    
    -Así me gustan las putas, obedientes. -habló El Toro.
    
    Le tomó la cabeza y la bajó a su pecho, como instinto mi esposa empezó a chuparle el pecho peludo con todo y lengua, El Toro asintió, fue bajando hasta llegar a su abundante barriga la cual besó con gran adoración.
    
    Luego de aquel extraño momento El Toro la tiró a la cama y la ...