Apuestas y juegos de azar
Fecha: 03/12/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Novio Cuckold, Fuente: CuentoRelatos
... Ambos subieron las escaleras y entraron a la recámara olvidándose de mi presencia, yo estaba dudoso de si subir a ver o no, finalmente el morbo me ganó y subí las escaleras, los vi caminando y entraron en la tercer recámara dejando la puerta abierta donde me paré para observar lo que sucedería.
-No mires. -me dijo Ana con tristeza en sus ojos.
-Dejalo, que vea como se follan a la guarra que tiene como esposa. -intervino El Toro.
La tomó con más fuerza y la besó mientras sus manos acariciaban toda su anatomía, ella se abrazó a su gordo cuerpo con pasión. El Toro puso su cabeza entre las tetas de mi esposa y la movió haciéndolas tambalear de un lado a otro.
-Orale puta, quítame la ropa. -le ordenó.
-Sí.
-Eso... ¿sabes qué? de ahora en adelante ese es tu nombre, puta ¿está bien?
-Sí.
-¿Como te llamas?
-Puta.
El obeso hombre soltó una carcajada y dejó que Ana lo desnudara. Le quitó los zapatos, sus calcetines, luego desabotonó su camisa dejando ver su enorme panza cubierta de vello oscuro. luego quitó el cinturón, bajó la bragueta y le quitó el pantalón y por último su calzón quedando el hombre completamente desnudo. Mi esposa miró detenidamente la erección de El Toro y quedó sorprendida, un enorme falo de unos 22 centímetros sobresalía del cuerpo de aquel hombre.
-Vas puta, chupamela.
El Toro se acostó en la cama boca arriba y mi mujer se subió a la cama y temerosamente acercó su boca a la verga del hombre, él con su mano la tomó del cráneo ...
... y la fue acercando más hasta que los labios de ella hicieron contacto con el pene, algo calmada empezó a besar el pedazo de carne, entonces El Toro comenzó a tocar los pechos de Ana y conforme los sobaba más fuerte mi mujer aumentaba las mamadas hasta que llegó al punto en que perdió el pudor y empezó a chuparle la verga con ambición y confianza, con su mano lo tomaba y lo hundía hasta lo más profundo de su garganta provocando los gruñidos del hombre, después ella incorporó su lengua al acto chupando la cabeza, el glande y hasta los huevos.
-Ah puta, la mamas bien rico.
-Sí. -contestó soberbia y excitada.
-¿Te gusta mi verga?
-Sí.
-¿Te gustan grandes verdad?
-Sí.
-¿Quien la tiene más grande, tu marido o yo?
Se quedó callada al recordar que yo me encontraba ahí pero era evidente que la de él era más grande que la mía.
-Anda puta, dime. -insistió.
-Tú.
-Jajaja ya lo sé, y sé que yo te voy a coger más rico y más tiempo ¿quieres que te dé toda la noche?
-Sí.
Cada vez que Ana respondía "sí" sentía puñaladas en el corazón, me dolía saber que a mi esposa le gustaba lo que le hacía y decía ese hombre y más le gustaría lo que después pasaría.
-Eres toda una ramera, sabes mamarla bien rico, de seguro a tu marido no se la chupas así, puta.
El Toro siguió ofendiéndola con ese sobrenombre que ya me estaba irritando, sin embargo a ella parecía no importarle, siguió comiéndose el miembro de él gustosamente hasta que la detuvo, la besó en la boca ...