Apuestas y juegos de azar
Fecha: 03/12/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Novio Cuckold, Fuente: CuentoRelatos
... pezones se podían apreciar a través de la delgada blusa, fue ahí que me di cuenta que en verdad ella estaba disfrutando esto, eso me decepcionó un poco, ella estaba excitada, las caricias de aquel monigote la estaban calentando. Mi mujer seguramente peleaba una lucha interna en mantenerse ajena a las caricias de ese hombre o dejarse llevar, luego de tan apasionados besos ella enredó sus brazos en el cuerpo de El Toro, obviamente se había dejado ir, ahora parecía que ella era la que devoraba la boca del despiadado hombre, constantemente él frotaba con intensidad los muslos de mi esposa hasta estar cerca de su intimidad.
-¿Te gusta lo que te hago verdad? -le preguntó.
Ella guardó silencio, ahí fue que entendí la famosa frase "el que calla otorga", no se atrevía a decir que sí debido a mi presencia. Él sobó sus bubbies por encima de la blusa mientras mordía sus labios.
-Anda dime, ¿te gusta lo que te hago?
-Sí. -contestó temerosa.
-¿Te gusta que te toquen las tetas verdad?
-Síí. -habló con más ánimo.
-Espera a que te las coma, vas a mojarte toda.
El Toro acarició el cuerpo de mi esposa desde sus piernas y la fue subiendo hasta llegar arriba de la falda metiéndola debajo de la blusa y quitado de la pena tentó todo el abdomen con sus grandes manos hasta llegar al brassier. Luego de tocarla sacó sus manos de la blusa, con sus dedos la fue subiendo poco a poco, Ana giró su cabeza hacia atrás facilitándole la labor al hombre hasta que la blusa dejó de cubrir ...
... su cuerpo.
Miré su sostén y era de esos con tela delgada que se transparenta, se podía ver claramente el erecto pezón y sus aureolas, una prenda muy atrevida, me dio un poco de coraje que comprara ese tipo de ropa para ese pelafustán.
-A ver parate zorra, te voy a quitar esa falda.
-Si.
Él fue bajando la minifalda hasta sacarla y tirarla en el piso, mi mujer quedó en tacones, sujetador y una minúscula tanga blanca que apenas le cubría el culo, ella estaba entre las piernas de El Toro de frente a él, por mi posición yo podía ver a mi mujer de espaldas, empecé a apreciar su hermoso culo, la pequeña tela se le metía entre sus blancas nalgas, El Toro empezó a acariciarle el trasero con las dos manos a su antojo, ella movía su cabeza a un lado demostrando que le agradaba el manoseo, le dio un par de nalgadas haciendo que temblaran esos hermosos cachetes.
Sin darme cuenta yo me estaba acariciando por encima del pantalón, a pesar de lo humillante que era la escena para mí todo lo que veía me excitaba. El hombre que aún estaba sentado comenzó a besar el abdomen de mi esposa desde por arriba de la tanga pasando por su ombligo hasta llegar a sus tetas las cuales mordió levemente por encima del sostén, ella se reimprimió pero él siguió hasta que finalmente Ana soltó varios gemidos, era imposible resistir tanto placer.
-Vente zorra, vamos a la cama.
Le dio una sonora nalgada y tomándola de la mano la puso a caminar delante de él para poder apreciar su culo moverse. ...