1. Apuestas y juegos de azar


    Fecha: 03/12/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Novio Cuckold, Fuente: CuentoRelatos

    ... por nosotros. Salimos y caminamos hacía la camioneta negra, pude notar como mientras caminaba mi mujer los dos sicarios o empleados de "El Toro" no le quitaban la mirada de encima.
    
    La camioneta empezó su trayecto, en el camino Ana y yo ni siquiera nos miramos, estábamos llenos de miedo y vergüenza por lo que sucedería a continuación.
    
    Luego de varios minutos de camino la camioneta frenó, llegamos a una casa grande, nos abrieron y entramos a paso lento, entré seguido por mi mujer.
    
    -Pasenle. -se oyó a lo lejos.
    
    Entramos y nos sentamos en la sala con temor en nuestros cuerpos. Ahí fue cuando Ana vio con atención a su nuevo amante por primera vez, "El Toro" tendría unos 50 años, era alto y gordo, debía medir unos 2 metros y pesar por lo menos 90 kilos, llevaba una panza enorme que se le salía de la playera, tenía entradas prominentes en su cabellera, un bigote abultado y una barba tupida y muy descuidada, era un espécimen del típico hombre feo, pude ver como mi esposa inmediatamente puso una cara de desagrado.
    
    -¿Y que no me piensa saludar esta hermosa dama? -sentenció "El Toro" con su característica voz ronca.
    
    Mi esposa entendiendo se levantó del sofá y fue hacia el hombre lentamente. El Toro se levantó y pegándose a mi mujer la comenzó a besar en la boca, bajó una mano y empezó a acariciar las nalgas de mi esposa sin respeto alguno.
    
    -Estás bien rica ¿como te llamas?
    
    -Ana. -contestó mi esposa con evidente resignación.
    
    -Que bien, pues ya sabes porque ...
    ... estás aquí ¿no? Más te vale portarte linda conmigo y hacer todo lo que te diga ¿entiendes? sino vas a pasarla muy mal tú y el cornudo de tu marido.
    
    -Sí.
    
    -Pon una sonrisa y ven a sentarte aquí en mis piernas, vamos a tomar algo.
    
    Mi esposa ya sin oponer resistencia alguna y con una fingida sonrisa en la cara obedeció al hombre, la sirvienta llevó dos copas de vino y empezaron a beber mientras yo simplemente observaba, El Toro mientras tomaba aprovechaba para tocar las piernas desnudas de Ana y meter su mano bajo la falda, luego comenzó a besar a mi mujer en la boca mientras le masajeaba las tetas por encima de la blusa.
    
    -Ay Anita, ahora si vas a saber lo que es tener una reata de verdad entre tus piernas.
    
    El hombre siguió besando a mi mujer en la boca pero ahora usando su lengua, con sus dedos comenzó a tocar las piernas de Ana a lo largo de toda su longitud, ella permanecía inmóvil ante su tacto, era evidente que ella no disfrutaba esto, pronto los besos se tornaron más intensos, él pasó sus labios y su lengua por el cuello y la oreja, ahora sus sucias manos acariciaban los pechos de mi esposa, los amasaba con fuerza moviéndolos de un lado a otro, a pesar del tamaño grande de sus tetas El Toro cubría con su mano una teta completa, tenía unas grandes manos, era un hombre gigante, no quería imaginar el tamaño de su herramienta entrando en la estrecha vagina de Ana.
    
    -Tienes unas tetas bien ricas, mira hasta ya se te pararon los pezones. -le dijo El Toro.
    
    Los ...
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