1. Fantasías de una mujer madura/ cap. 9


    Fecha: 31/10/2024, Categorías: Incesto Autor: JOS LIRA, Fuente: TodoRelatos

    ... único que desentona con la imagen elegante que tengo en mi cabeza son esas notas vulgares que resuenan por ahí “Mojarán las tangas con solo verme a los ojos” Y a mí me extraña que Roxana tolere que su sobrino ponga música a todo volumen de esa calaña. Ella es demasiado fina y delicada para soportar esos gustos musicales, ¿cómo puede admitir oír cosa así?
    
    —¿Ya llegaron nuestros invitados, mujer? —suspiro.
    
    “Soy el trozo de lujuria, venenoso, soy la furia…”
    
    —¿Qué dices, querido? —me pregunta mi mujer, elevando la voz por encima de la música de mierda.
    
    —¡Que si ya llegaron nuestros invitados, Roxana!
    
    —No te escucho… Jesús…
    
    “De esos tontos envidiosos que perdieron a sus novias”
    
    —¡Bájale a la música para que me escuches mejor, Roxana! —le propongo, sintiendo que esas notas taladran mis orejas.
    
    —Creo que le bajaré a la música para escucharte mejor —me dice, y yo pongo los ojos en blanco.
    
    —Sí, es lo que te dije, Roxana.
    
    Roxana le dice algo a Gael, lo sé porque escucho al baboso con su voz ronca, contestando algo que no entiendo. Tal vez burlándose de mí o quejándose de mi petición.
    
    “Tú pagas los condones, la champaña y el hotel…”
    
    ¿Pero qué mierda estoy oyendo? Mi corazón está desbocado mientras escucho que la música baja de volumen, aunque solo un poco. Sigue estando fuerte, pero creo que Roxana ahora ya puede oírme.
    
    —Ahora sí, cariño, ¿qué me decías?
    
    —Que si ya llegaron nuestros invitados —repito, limpiándome el sudor de la frente—. Porque ...
    ... me imagino que invitaste a algunas de nuestras amistades, ¿no?
    
    —¿A algunas? —responde mi mujer riendo, distraída.
    
    —Sí, a algunas. Supongo que al menos invitaste a nuestros compadres.
    
    —Ah, sí… los compadres —Roxana vuelve a soltar una carcajada por alguna graciosidad que ha hecho su sobrino de mierda y luego dice—, pero no ha llegado nadie, cariño, así que no te preocupes, que aún es temprano.
    
    “Y es que es así …Todas mueren por mí, ah ah…”
    
    —¿Entonces qué hago, Roxana? ¿Dejo el coche aquí y regreso a casa?
    
    “Todas mueren por ti… Hasta tú, perra…”
    
    ¡Joder! ¿Pero qué porquería de música es esa? No me escandaliza que la escuche el degenerado de mi sobrino, que es un cabrón pervertido y perverso, ¡sino que Roxana lo permita! ¡MI ROXANAAAA! Ni siquiera a nuestros hijos les consintió que pusieran música “revienta tímpanos” en casa, ¡mucho menos con una letra tan impúdica como esa! ¿Cómo ha podido Gael poner esa canción con esa nota tan vulgar?
    
    “Hasta tú, perra…” …“Hasta tú, perra…”… Hasta tú, perra…”
    
    —¿Qué dices, Jesús? —vuelve a preguntarme.
    
    —¿Es que no me estás oyendo, mujer? —me desespero.
    
    —¿Eh?...
    
    Escucho unos movimientos extraños por el auricular. Algo como un azote, ¿pero un azote? ¿Azote dónde y por qué? Y yo aprieto los dientes, enfadado de que estoy hecho una mierda y mi esposa y mi sobrino no me toman importancia, sino que parecen estar… jugando… ¿A azotarse?
    
    —¡Roxana, carajo, ¿me puedes poner atención?!
    
    —Ah… sí… Jesús…
    
    “En el sexo ...
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