Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora
Fecha: 29/10/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: el Bardo, Fuente: TodoRelatos
... no había llevado las pezoneras.
“Tonta, Daniela, tonta” se dijo una y otra vez la profesora de educación física.
La cervecería que pretendía visitar probablemente estaría repleta de hombres mayores de edades variadas y ya se sentía lo suficientemente incomoda luego de su encuentro con el cura, por lo que prefirió recorrer las calles de ese lugar hasta que encontró un bonito lugar a las orillas del lago Llanquihue y, cuando ingresó, sus ojos se abrieron en par cuando, nuevamente, todos esos ojos se posaron en ella. No había notado los dos buses estacionados justo a las afueras una vez que se bajó de su Volvo. En el interior de ese bonito lugar, que tenía toda la pinta de ser un lugar familiar, debía haber unos dos cursos completos de adolescentes que disfrutaban su viaje de gira de estudios.
Escuchó algunas conversaciones cercanas, de quienes debían ser los profesores. Claro le quedó que eran de la capital, de Santiago. La profesora Undurraga avanzó por el pasillo para buscar una mesa que estuviese vacía, intentando disimular al máximo el contoneo de sus exageradas caderas. En su andar los ojos de los muchachos se posaban inmediatamente en su enorme, tonificado y majestuoso culo, cuando afortunadamente enfocó su mirada en la única mesa libre que parecía ir quedando en ese lugar. Estaba al final del pasillo y al sentarse tragó saliva, sintió sus mejillas coloradas y tomó rápidamente la carta para elegir qué comer. Soltó un suspiro al comenzar a extrañar con urgencia ...
... sus pezoneras.
Mientras su respiración agitada no podía controlar, la mujer sentía como la mesa más próxima era la de unos muchachos que debían ser de los perdedores de ambos cursos. Unos parias, echados bien lejos de las mejores vistas hacia el lago por parte de sus otros compañeros. No debían tener ni 17 años, pero los mocosos que quizás nunca habían dado un beso en sus vidas no le quitaban los ojos a esa rubia espectacular vestida con ese atuendo deportivo y cuyo top resaltaba de buena manera ese par de tetas operadas y paraditas. Eran tantas las miradas, combinadas con el recuerdo de la follada que le había dado el cura, más el saber de qué no llevaba pezoneras que rápidamente comenzó a sentir como esos pezones se ponían cada vez más duros y los mocosos, los perdedores esos, suspiraron extasiados al ver como unas pequeñas montañitas se asomaban en ese top blanco con detalles rosas.
No era la primera vez que la profesora se sentía observada... o sea, demasiado observada, en el último tiempo. A diferencia de su hermana que los veía como se le quedaban mirando sus enormes tetas, ella debía dar por hecho que se le quedaban mirando su tremendo culo. Pero en las últimas semanas ella se ha sentido especialmente vigilada. Primero, uno de sus alumnos la siguió hasta el hartazgo de saber exactamente su rutina y con eso consiguió doblegarla. Desde ese momento que caminaba siempre mirando a los alrededores en busca de alguna mirada intrusa, de una mirada diferente a las de esos ...