Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora - Relatos Eróticos

Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora

... algunos en el segundo coreaban, con fuerza, algunos rugían expectantes y Giselle dio unos pasos atrás para no ver eso.

Alonso: P-Profesora...

Todos: ¡ASS TO ASS! ¡ASS TO ASS! ¡ASS TO ASS! ¡ASS TO ASS! ¡ASS TO ASS!

Giselle:Rápido, Alonso, hay que hacer esto rápido-El muchacho asintió y en un arranque de lucidez comenzó a apuntar su corbatín en diferentes direcciones con la esperanza de que Mateo ya estuviera registrando todo.

Todos:¡ASS TO ASS! ¡ASS TO ASS! ¡ASS TO ASS! ¡ASS TO ASS! ¡ASS TO ASS!-La mujer quiso alejarse nuevamente y Alonso logró sujetarla, poniéndola delante de él y acercándose a su oído.

Alonso:Nadie pensaba que su hermana estaría aquí, profesora, pero mírela... está ahí, en un escenario donde por ahora nadie se acerca y está con la profesora María Isabel-La mujer comenzó a controlar mejor su respiración- Hagamos lo tengamos que hacer mientras Facundo y Karla hacen lo suyo.

Giselle asintió mientras lograba contener las lagrimas y se dejó llevar por Alonso hacia el área en donde estaban los diferentes sillones. El lugar iluminado con luces calidas los llevó hasta un sillón que estaba vacío y ambos agradecieron que, si lograban posicionarse como correspondía, tendrían una buena panorámica de ese gran salón. Se sentaron y ella posó su cabeza sobre el pecho del muchacho y este notó que la mujer algo temblaba... por su hermana. Muchos hombres, acompañados, se maravillaron por esa mujer de enormes tetas que estaba cerca; algunos procuraron algún ...

... amague, hasta que veían la pulsera dorada de Alonso.

Alonso:Nos quedaremos aquí, luego iremos al balcón y luego nos pasearemos por el pasillo...

Giselle:¿Solo conversando?

Alonso:¿Cuántos hombres buscan en una puta solo alguien que los escuche?-El muchacho notó cierta decepción el rostro de su profesora de enormes tetas- Golosa.

Giselle Undurraga se permitió esbozar una sonrisa al verse como un libro abierto ante ese muchacho. Era increíble como en esos meses Alonso había conseguido conocerla como nadie pensó que la conocería... pero además, a pesar de estar rodeada de hienas, se sentía completamente segura a su lado. Alzó su brazo izquierdo y apuntó hacia ese empresario dueño de una pesquera que, con su boca entreabierta, no paraba de mirarle sus enormes tetas mientras se sobaba el paquete ante la mirada de la puta que tenía a su lado, que no lograba conseguir su atención a pesar de haberla elegido.

“Sonríe a la cámara” se dijo Giselle.

***

“Profesoras Cristina y Eva, recuerden, el primer piso es de ustedes; asegúrense de ver y registrar. La profesora Giselle y yo lo haremos en el segundo piso donde suele reunir a personas de alto nivel o conocidos, según la profesora María Isabel, pero en el primer piso es donde se reúne la mayor cantidad de hombres y mujeres, donde las pulseras doradas se ven menos. Hagan lo suyo y al siguiente, hagan lo suyo y al siguiente, siempre. Van a registrar, lo sé, pero es de vital importancia que también escuchen” había dicho ...