Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora - Relatos Eróticos

Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora

... ladrillos de esa pequeña caseta.

Guardia Joven:Oohh...-Giselle, con habilidad, desabrochó ese pantalón y sacó un pene flacucho y de medio tamaño desde el interior de ese holgado calzoncillo- ...¿una rusa?

Giselle:¿Una rusa?-Lo miró hacia arriba esbozando una sonrisa ante la mirada de súplica de ese joven guardia- ¿Una pajita rusa?... una Unión Soviética te voy a hacer.

En el interior de la caseta de seguridad Karla escucha como un sonoro escupitajo salía de la boca de uno de los dos en el exterior. El viejo guardia se ha sentado en esa silla con ruedas y la observa sin saber bien cómo dar el siguiente paso, pero en el instante en que la muchacha de enormes tetas comenzó a remover ese bikini blanco con manchas negras, apenas se vio el inicio de la areola, el viejo se abalanzó sin siquiera pararse de esa silla hacia ella y se metió la enorme teta izquierda a la boca de inmediato.

Karla:¡Aayy!-La muchacha sintió como una corriente eléctrica recorría su cuerpo al sentir esos labios agrietados alrededor de su pezón que era succionado con fuerza e incluso el ojo izquierdo se le entrecerró por el repentino placer- ¡C-C-Cuida-do!

¡Chup! ¡Chup! ¡Chup! ¡Chup! ¡Chup! ¡Chup! Karla Landi miró hacia abajo y se encontró con ese anciano succionando su enorme teta como un ternerito hambriento. Algo en ella le decía que ese hombre intuía lo que por ahí podía salir si es que le ponía el empeño suficiente y Karla cerró los ojos para contener el placer de una buena chupada de ...

... teta... estaba cerca, podía sentir como pronto ese viejo se deleitaría con lo que venía y un fuerte calor sintió en su entrepierna. Con su espalda contra la pared, con la manaza izquierda de ese hombre amasando con fuerza su enorme teta derecha, mientras con su boca succiona la izquierda, Karla no puede reprimir un sonoro nuevo gemido.

Karla: ¡AAAYYY!

¡Plof! ¡Plof! ¡Plof! ¡Plof! ¡Plof! ¡Plof! A las afueras el joven guardia tiene serios problemas para controlar el placer mientras ve como esas enormes tetas suben y bajan mientras masturban su pene totalmente húmedo. Ya no era la baba del escupitajo que ella le lanzo con precisión al tallo de carne, ahora era su líquido preseminal. Lo peor de todo era que esa mujer, con esos bellos ojos verdes oscuros detrás de ese antifaz de conejita, no dejaba de mirarlo en ningún momento. Con esas manos mantenía firme sus enormes tetas mientras lo pajeaba con fuerza.

Giselle:¿Te gusta follarme las tetas? Eso... fóllate mis tetas... más fuerte... ¡más fuerte!-El joven guardia soltó un quejido que de placer poco tenía, era un placer lastimero ante la pronta corrida.

Karla:¡AAAAYYYY!-Ahora con sus dos ojos entrecerrándose por el placer, la muchacha vio algo que llamó su atención sobre el escritorio al interior de esa caseta... pero pronto debió dejar de pensar en eso cuando una especie de descarga sintió en el interior de su enorme teta izquierda.

¡Chup! ¡Chup! ¡Chup! ¡Chup! ¡Chup! ¡Chup! El viejo sentía como si hubiese descubierto oro ...