Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora - Relatos Eróticos

Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora

... llegarán entrada la noche.

Giselle:N-No... yo soy, me mandaron... pero me perdí de camino aquí.

Guardia Viejo:¿Usted?-El viejo de cejas poblabas bajo la linterna, mirándola extrañado- Pero nunca envían a nadie tan linda... además...

Guardia Joven:Además eran dos-El muchacho miraba a los alrededores en búsqueda de la segunda mujer.

Detrás de los árboles las tres mujeres se quedaron quietas, pero Cristina suspiró y decidió dar el primer paso para no dejar sola a su colega de enormes tetas, hasta que con horror vio que la que tuvo la misma idea y actuó antes que ella fue Karla, quien ya se aparecía en el sendero para ser iluminada por el guardia viejo a quien se le iluminaba el rostro sin necesidad de ninguna linterna.

Karla:Y-Yo soy la otra-Puso cara de niña buena mientras, a saltitos y con sus enormes tetas sacudiéndose con violencia, se acercaba a su profesora.

“Karla... tonta... tonta... tonta... tonta” se dijo Giselle una y otra vez, convencida de que ella podía sola con los dos.

Si bien el guardia viejo parecía algo contrariado, dado que en la fiesta de fin de año en esa Hacienda no solían ser tan generosos con ellos, ver a esa chiquilla con ese tremendo par de tetas le hizo dejar su deber algo de lado y seguirlas. Su joven compañero le iba metiendo chachara a la mujer que era mayor, pero esta parecía estar pensando en otra cosa; mientras que la muchachita que iba avanzando más atrás parecía avanzar a paso decidido. Algo de vergüenza sintió de ...

... verse atraído por una muchacha que podría ser su nieta... pero algo de ilusión le hacía ver a su joven compañero tan prendido con la mujer mayor. Debió despejar esos pensamientos una vez que llegaron a la caseta de seguridad, una caseta algo alejada de la casona y del camino principal que conducía a la entrada principal. Eran los guardias olvidados, los encargados del muro sur y donde, por lo general, nada pasada... hasta ahora.

Guardia Joven:¿Entonces...?-El muchacho se detuvo frente a la puerta de esa pequeña caseta y miró a ambas mujeres- Yo quiero a la madura, jefe... ¿le importa?

Guardia Viejo:N-No-Le dio un vistazo a la mujer de enormes tetas y parecía que nada le había gustado que la tratara de madura- Oh...

La gruesa y arrugada mano del viejo de pronto sintió la suavidad de la mano de esa muchacha quien comenzó a arrastrarlo hasta el interior de esa caseta de seguridad. El joven guardia quiso protestar al querer ser él quien ocupara ese lugar, pero al verlos ingresar supo que tendría que quedarse fuera porque no estaba a dispuesto a compartir lugar de placer con ese anciano. Se giró para ver a la mujer de enormes tetas, que tenía sus manos en su cintura con una mueca en los labios... de pronto los ojos de él se abrieron en par cuando los dedos de esta fueron a ese corsé y comenzaron a abrir los broches. En pocos segundos ya tenía ese enorme par de tetas en libertad y en un pestañeo ya estaba de rodillas acercándose a él, quien solo pudo afirmarse a la pared de ...