Cap3 Mi madre mi muñeca - Relatos Eróticos

Cap3 Mi madre mi muñeca

... tanto.

- Joder, y esto apenas empieza, adentro te vas a reír más.

Cogieron un par de cosas y al ver que se iban desperté adormilado.

- ¿Gerardo?

- Hola pa, ¿ya estamos en casa? Dije sobándome los ojos

- No, en un rato más nos iremos.

- Quédate aquí chaval, adentro no podrás dormir. Dijo como queriendo deshacerse de mi

- No, ¿dónde está mamá?

- Fue al baño hijo.

- Quiero estar con ella.

Tomando la iniciativa salí del auto mientras el tipo me miraba encabronado.

- No puede estar sin su madre.

- Si, muy engreído lo tiene la pe…

- ¿Que?

- Digo la prima, ya vamos.

“ingresando”

La casa era grande, pero más que para vivir parecía que la usaban solo para fiestas, había botellas vacías, bolsas de papitas, ceniceros, ropa tirada, un chiquero de los buenos, es más, hasta encontré preservativos sobre la mesa y otros usados en los botes.

- Ya es muy tarde hijo, deberías dormir.

- No te preocupes por mi papi, buscare algún lugar.

- Vale, solo no te alejes mucho.

Ni bien llegaron a la sala este le invito una cerveza para seguir platicando sobre mi madre, por supuesto que yo algo presentía, así que me puse a buscarla por cada rincón.

“husmeando”

Por la cantidad de cuartos y como estos estaban de poco amoblados y solo con colchones, hizo que la emoción me desbordara, ¿mamá en este lugar? ¿Dónde seguro muchas mujeres terminan sin ropa interior y tiradas sin saber quién se las follo? De solo imaginarla llegando un día con un ...

... pantalón bien ajustado y la vagina perfumada comiéndose su mini calzoncito me hizo sentir un cosquilleo.

- ¿Dónde te metiste?

- Eh, traviesa mami.

Ya estaba por llegar al final de la casa.

Cuando en eso……

Escuché dos cuerpos chocando y unos gemidos deliciosos, si, al fin, los encontré.

“corriendo emocionado”

- Y después de lo que te acaba de hacer.

- Eres una reverenda y sucia puta.

Fuf, de solo ver lo tiesa que se le había puesto aun después de haberse venido, me hizo entender que mamá tenía un culo infernal, pero que digo culo, un señor y bigotudo chochete al que solo le faltaba fumarse un puro, virgen santa, la cura para la impotencia ante mis ojos y con la que todo viejo rompe cucas desearía tratarse pues no entraba en pastilla o capsula, sino a remojones y con garantía comprobada pues saldrían reventando la suya, caray, así de buena estaba mi madre, con ella no había perdón, ni amistad, ni anillo, ni descanso, ni tiempo fuera, ni tirada de calzón, ni sangre, pues cuantos tíos míos la habrán visto con otros ojos, joder, era para deleitarse con sus nalgas, se pusiera lo que se pusiera y luego agarrarlo como este, despierto, dormido, asqueroso, o mejor aun no importando de quien fuera o si conocían al dueño, pues era el peor y más terrible culo saca leches.

“atada a su destino”

Ni yo podía ayudarla, ni ella misma podía escapar de esto, su vida era vivir amarrada a una cadena de acero, tirada en el piso desnuda, esperando ser culeada.

Y ...