Madura y divorciada, orgullosa de mí misma
Fecha: 02/07/2024,
Categorías:
Confesiones
Autor: AnneM, Fuente: CuentoRelatos
... la mañana estaba despejada y en el coche nos dirigimos a los jardines de Horta, donde está el laberinto. Eran poco más de la una del mediodía, no había mucha gente y Luis había llevado una cámara de fotos... era provocar, sin más. Luis nos hacía fotos con los abrigos entreabiertos lo suficiente para que aquellas personas que decidía Luis pudieran vernos o al menos intuir lo que llevábamos bajo los abrigos. Yo me encontraba tan libre y cómoda como si eso fuera algo que hiciera todos los días... Ana y yo nos tocamos y besamos en la boca en presencia de varias personas que estaban por los jardines. Evidentemente no pudimos quitarnos los abrigos para comer en un restaurante de la zona, supuestamente teníamos demasiado frío, aunque a lo largo de la comida uno de los camareros desde luego que fue consciente de lo único que llevábamos bajo los abrigos.
Luis tenía todo previsto, a las seis de la tarde era noche cerrada y a pesar de ser vísperas de Reyes a excepción del centro y zona de tiendas no había mucha gente por la calle; nos dirigimos nuevamente a la zona alta de la ciudad y entramos en una especia de bar, pub, discoteca... no sabría definirlo, ni siquiera decir la media de edad de la clientela. Había jóvenes solos y pandillas de ambos sexos que no superaban mucho los veinte años, hombres de mediana edad imagino que buscando alguna jovencita y parejas y hombres solos que se veía superaban mucho la sesentona... y prostitutas, brujeando al borde la larga barra del pub había ...
... no menos de media docena de mujeres que por su actitud y vestimenta no podía ocultar lo que buscaban y desde luego su profesión.
Fuimos al fondo, al extremo de la barra en una esquina que doblaba ligeramente y hacía un pequeño rincón desde donde se podía controlar casi todo el local. Luis no tardó en hacerse notar, con nuestras copas sobre la barra y las manos de Luis en la cintura de ambas besaba ahora a una de nosotras y segundos después a la otra... En no más de quince minutos éramos un grupo de siete personas charlando y riendo ostensiblemente: nosotros tres y cuatro hombres, dos de ellos de unos cuarenta y los otros dos superando la sesentena... Luis no se cortaba. a la hora de hablar, Ana era su esposa y estaba allí para jugar y disfrutar, en mi caso, estaba comenzando mi adiestramiento, era mi primer día y tanto él como su esposa estaban guiando mi camino...
Uno de los hombres pasó su mano abierta entre las piernas de Ana manoseando su coño y ella se limitó a suspirar dejándole hacer. Ese gesto animó a los demás, Luis me tomó de la mano y nos dirigimos al fondo del local seguidos de los demás, no se trataba de ningún reservado o cosa por el estilo, era simplemente un lugar al fondo del local con bastante menos luz que el resto... Ana llevaba un bustier con ligueros y eso suponía que su sexo estaba a la vista de todos, las manos de unos estaban en él y otras acariciando o magreando sus pechos a la vista mía y de Luis; éste comenzó a acariciar mis pechos y pasar su ...