El Cuñado 2 parte 2 - Relatos Eróticos

El Cuñado 2 parte 2

... tendido una trampa hábilmente urdida, aquí era el placer de manipularnos y humillarnos a su antojo.

La boca de Sofía se entreabrió, sus hermosos dientes relucieron, tal vez un poco grandes para esa delicadeza de boca, se lengua rosada emergió y lamió los gruesos dedos de los pies, mirándome de reojo.

Mi dulce Sofía, inteligente, ingenua, un poco intelectual sin llegar a ser como Luz, claro, estaba haciendo de perrita de Oscar, su lengüita jugaba cada vez más desinhibida sobre el empeine y los dedos del pie de aquel paleto. Lamiendo y besando.

_Así bebé, que cosita más dulce_ dijo Oscar desde arriba de la mesa.

Este levantó un poco el pie sobre su talón como ofreciéndolo a mi esposa y ella se metió el dedo grande en la boca y lo mamó como una polla, ahora lamía y succionaba como una verdadera perra, guarra, obscena.

Luego levantó el otro pie y ella hizo lo mismo, envolvió el dedo gordo con la lengua y se lo introdujo en la boca. Había cerrado los ojos y era innegable, estaba gimiendo, muy quedamente, era como un suave ronroneo mientras lamía y chupaba ese pie y esos dedos

No pude más y me erguí, mis ojos se encontraron con los de Oscar.

_Joder tenía que volver, no me iba a perder semejante caramelito_ me dijo

Luego acarició el cabello de mi esposa y cogiendo su cara la levantó desde la posición en la que estaba.

Se inclinó para besarla, vi como sus bocas se juntaban una vez más, su hermoso cuerpo fue emergiendo desde debajo de la mesa y ya se ...

... estaban morreando en toda regla, las manos gruesas de Oscar acariciaban sus pechos por sobre el top.

Ella cerraba los ojos y ladeaba la cabeza, suspirando fuerte.

Que poco le había costado a Oscar hacer que Sofía se entregara de nuevo.

Se la follaría otra vez, eso era lo que iba a suceder la iba a convertir en su puta en estos días que quedaban y ante mis propios ojos.

_Necesito una ducha_ dijo de pronto Oscar.

Hizo incorporar a Sofía y la cogió de la mano, caminó así con ella en dirección al pasillo que conducía a las habitaciones.

Ella me tendió la mano, íbamos los tres como en fila, cogidos de la mano, ahora Oscar me parecía alto y simiesco al lado de mi esposa, al llegar a la puerta de la habitación se giró para besarla, sus manos se perdieron por dentro de los shorts blancos, acariciando y estrujando el culazo pleno y carnoso.

Nada más entrar a la habitación comenzó a desnudarse, mi esposa le miraba fascinada, sin saber bien que hacer.

_Quítate la ropa, no pensaras ducharte así vestida_ dijo Oscar sonriendo.

Comprendí entonces que su intención era ducharse con ella.

El mismo le quitó el top a Sofía y luego la besó, ella desbrochó el sujetador y sus tetones oscilaron pesadamente.

_Que maravilla Goyo_ dijo Oscar y los sopesó con la mano.

Luego ya desnudos se metieron bajo la ducha.

Hizo que ella lo enjabonará, todo ese corpachón de oso, repasado por mi esposa con una esponja, y cada tanto se morreaban y el besaba su cuello y sus tetas, ...