El Cuñado 2 parte 2 - Relatos Eróticos

El Cuñado 2 parte 2

EL CUÑADO 2 Parte 2

El nerviosismo con que los dos entramos a la casa era de órdago, creo que estábamos atemorizados como chiquillos. Los tacones de Sofía sonaban sordamente sobre el adoquinado del patio de entrada, en el centro había un antiguo pozo de agua.

Subimos por la escalera, llegamos a una amplía sala y de allí seguimos hasta la terraza.

Allí estaba, cenando, solo, con la misma camisa de por la mañana, me chocaba verlo tan formal.

_ Ey parejita ¿Dónde estaban?_ dijo mientras se llevaba parte de un filete a la boca

_ ¿Pero tú no venías dentro de unos días con los demás?_ dije

_Si, pero el niño estaba bien, los suegros con algunas nanas, así que me imaginé que la cosa iba para largo, además me surgió algo acá, así que me pegué la vuelta_

_ ¿Mis padres están bien?_ dijo ella

Oscar comía como un gran simio satisfecho, paladeando el bistec y una ensalada de patatas.

Su gran nariz de pimiento, el rostro un poco abotargado, el pelo entrecano que ya comenzaba a ralear en la coronilla.

_Claro están perfectos, ven siéntate a mi lado_ dijo él

Mi esposa dudó, solo un segundo y luego fue a sentarse a su lado. Yo por mi parte me senté enfrente.

Sofía, sentada junto a él no parecía tan pequeña, sus tetones asomaban por sobre el top, podía ver las pequeñas venas azules bajo la suave piel.

_ ¿Fueron a comer a algún lado?_ preguntó Oscar

_Si……._ le mencioné el sitio

_Que bueno, se come bien ahí_ dijo él quien de reojo miraba las tetas de ...

... mi esposa.

_Al salir Sofía fue abordada por dos alemanes querían llevársela a una fiesta_ dije

Mi esposa me miró como recriminándome.

_Joder es que está para secuestrarla la peque ¿Qué piensas de estar con dos tíos a la vez?_ dijo burlón

_Ni de coña, vamos_

_Joder chica, yo he estado varias veces haciendo tríos, las mujeres se vuelven locas con eso, dos pollas para un conejito es el número ideal creo yo_

_No me extraña viniendo de ti_ dijo ella, otra vez mirándolo fijamente

_No te extraña eh, sírveme un poco de vino_ dijo él

Sofía cogió la botella y vertió vino en el vaso.

Me impactó ver como ella le obedecía.

_ ¿Tú no bebes Albert?_

_No, mejor que no_ dije

_Estoy molido de tanto viaje, peque, quítame los zapatos, me están matando_ dijo sin mirarla, llevándose el vaso a los labios.

Mi esposa me miró con sus hermosos ojos almendrados, estaban brillantes y su expresión era anhelante, casi como pidiéndome permiso. Oscar no nos miraba, dejándonos ese momento para nosotros.

Hice un gesto de asentimiento.

Sofía se inclinó bajo la mesa, los zapatos de Oscar eran acordonados, escuché como ella lo estaba descalzando. Estuve tentado de inclinarme yo también para mirar.

_ ¿Quito los calcetines?_ dijo ella, mi polla dio un respingo

_Si cariño, que alivio, que bueno_ dijo él y se recostó sobre la barandilla, estaba de espaldas a la vista de la cala y la luna sobre el mar, soplaba una brisa fresca.

_Que bien este vinito este, de la cava ...