El mejor amigo Parte 3 - Relatos Eróticos

El mejor amigo Parte 3

... tremenda, solo de ver a mi esposa así.

Nos despertamos, Johana deseaba cenar temprano según la costumbre de su país, sería un poco menos de las 19 horas.

La cena fue triste, el ánimo de los cuatro parecía languidecer, yo conversaba con Nacho sobre tonterías y ellas hablaban entre sí en noruego.

La cara de Erika era de cierta tensión, me daba cuenta que no estaba a gusto, cada tanto sorprendía a Nacho mirándole las tetas, yo mismo estaba nervioso y confuso.

Retornamos al hotel, toda la planta alta estaba disponible para nosotros, había dos habitaciones más pero desocupadas.

Había una pequeña sala común con unos sofás que daba a una terraza, saliendo por unas puertas francesas.

Ya estaba oscuro pero se adivinaba la presencia imponente de la montaña. Había un pequeño fuego encendido.

Nacho tenía una botella de cognac, propuso brindar, conseguimos unos vasos. Había dos sofás enfrentados, ellos se sentaron en uno y Erika y yo en otro

La conversación no fluía más allá de comentar la escalada y la belleza de las vistas.

Entonces fue que Nacho y Johana se besaron y no solo eso, ella le acarició la polla por sobre el pantalón, la amiga de mi esposa parecía pequeña al lado de Nacho y aceptaba su boca sumisamente.

Erika miraba todo con ansiedad y fascinación, esa era la verdad.

Entonces se giró hacia mí.

_Bésame_ me dijo

Comenzamos a besarnos, Nacho y Johana nos miraban de reojo.

Notaba en esos besos de mi esposa toda una ansiedad y excitación ...

... ferozmente reprimida y liberada ahora como un dique de sensualidad que había colapsado.

Luego de un rato de besos y caricias, ellos empezaron a desnudarse y nosotros los imitamos.

Las cosas se sucedían como en una especie de montaña rusa.

Mi esposa estaba en vaqueros y en sujetador, Johana ya se había desnudado casi por completo.

Y cuando ella liberó la polla de Nacho, mi esposa hizo lo propio conmigo. Johana se inclinó para besar la polla de mi amigo, este puso una mano en la nuca de la chica y comenzó a marcar el ritmo de la mamada.

Y entonces sentí como Erka se inclinaba y sus labios envolvieron mi verga, cálidamente.

Mi pudorosa esposa estaba comiéndome la polla delante de nuestros amigos

Pensé si no se habrían puesto de acuerdo durante la cena, cuando hablaban en su idioma y notaba a Erika tan tensa.

O tal vez mi esposa seguía excitada con lo que había pasado a la tarde.

Por momentos nos mirábamos con Nacho y él me sonreía triunfal, creo que comencé a desabrochar el sujetador de mi esposa como una concesión hacia él, para que viera a mi esposa desnuda por fin, para que se diera ese gusto.

Y Nacho abrió los ojos como platos cuando liberé el sujetador y los pechos monumentales de Erika comenzaron a surgir, imponentes en su blancura y en su tamaño

Ya completamente desnudos, Johana montó la polla de Nacho y Erika hizo lo mismo conmigo.

Escuchábamos los gemidos ahogados de la otra pareja desde el sofá, no era descabellado que alguien del ...