Decías no pero, empujando, hacías que fuera sí
Fecha: 27/03/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
... poco tiempo el «No, no, no» suave dio paso a la misma negación, pero en forma de grito expresando un orgasmo de grandes proporciones. La laxitud siguiente, que suponía cierta indefensión, la aproveché para hacer que se diera vuelta, apoyara las rodillas en el piso y el pecho en el asiento; con una mano le abrí las nalgas y con la otra puse el glande en el ingreso a la vagina.
- “Ahora vos tenés el mando”.
- “No mi vida, eso no, después será imposible parar y me podés preñar”.
Mi respuesta fue llevar mis manos por los costados para agarrar las tetas que libres colgaban, acariciar esos apetitosos globos y luego tomar cada pezón entre índice y pulgar para, tirándolos hacia mí, inducir el movimiento de retroceso que culminaría cuando la cabeza de mi pija llegara al fondo de su conducto.
- “No puedo creer lo que estoy haciendo, moviendo el culo como puta que quiere ser clavada, gozando como una burra arrecha; ¡dame fuerte chiquito, haceme berrear de gusto, cogete a esta yegua alzada!”
El ingreso fue suave y ajustado pero con un deslizamiento sin pausa gracias a la abundante lubricación; llegado al fondo seguí con retrocesos cortos y lentos alternados con empujes veloces y fuertes.
- “Es una coreografía divina el movimiento de tu pija acompañado por el chasquido de mis nalgas, ahora quietito que te exprimo mientras me corro, ¡llename de leche mi cielo!”
Después de ese maravilloso episodio colmando un sueño, por una semana no pude volver a la casa pues faltaba ...
... material, que llegaría en unos días. Desde ya que más de una noche me dormí después de una furiosa paja, pensando en ella y rogando poder repetirlo aunque lo veía difícil. El viernes a media tarde recibí una llamada suya.
- “Hola Ester, qué gusto escucharte”.
- “Esta noche, después de cenar vamos a Inti”.
- “Qué bueno, me encantará verte ahí”.
- “Entonces hasta más tarde”.
Al entrar a la discoteca lo primero que hice fue buscarlas a pesar del reproche de mi conciencia, ella era mujer ajena aunque hubiera mutua atracción y el marido la engañara. A eso había que agregarle que, en el poco tiempo de trabajo en su casa había empezado a sentir un aprecio desusado que podría desembocar en enamoramiento.
El hecho de que junto a sus amigas ingresara después que nosotros y nos encontráramos fortuitamente fue en cierto modo un alivio, pues me permitía disimular el deseo apremiante de verla, cosa que hubiera quedado patente si yo la buscaba.
- “Hola Ester”.
- “Hola Jerjes, te presento a Marta, pues a Miriam ya la conocés, ambas son mis amigas”.
- “Hola Marta, un gusto; hola Miriam, estoy seguro de conocerte, pero no asocio tu cara a un lugar”.
- “Vos sos electricista de la empresa donde trabajo”.
- “Ahora sí, ocurre que ahí hay muchas personas y como generalmente llego, hago mi trabajo y en seguida me voy, con la gran mayoría solo tengo el saludo protocolar”.
Después de presentar a mis compañeros estuvimos un rato charlando hasta que la invité a Ester a ...