Nombre de ángel: Matías
Fecha: 19/09/2017,
Categorías:
Erotismo y Amor
Hetero
Autor: Mewlen, Fuente: CuentoRelatos
... lo quiere... y quiero que la rompas en mil pedazos, para mí, por mí... ¿estás de acuerdo? Si escuchar sus palabras me partió el corazón, el ver sus ojos terminó por robármelo por completo. Si me hubiera pedido que me arrancara un brazo lo habría hecho, con los dientes, sin dudarlo. Dejé la llave en sus manos a buen recaudo, mientras volví a bajar a su entrepierna. Me encantó que aquella pequeña charla no hubiera bajado su libido un ápice, y que bastara con mi aliento para excitarla aún más - ¿Quieres entonces que la trate como tu himen? -dije sobando suavemente por sobre la prenda - Sí... rómpelo, despedázalo, arráncalo, quítalo... haz lo que quieras con él... haz lo que quieras conmigo Comencé por lamer generosamente por sobre aquella excitante braga. Noté con mis labios como se hinchaban los suyos, saliendo los labios menores al encuentro de mi lengua y siendo retenidos en su prisión por la seda y el encaje. Bebí de su concha como si de un generoso manantial se tratase. Lo ácido y salado de sus jugos se comenzaban a incrustar en mi cerebro y lentamente dejaban libre al animal que había estado criando para ella. - Matías... mi amor... me vuelves loca... - No mi amor, quien está loco soy yo... por esperar tanto para hacerte mía... debo ser el idiota más grande del mundo - Sí, un idiota... mi idiota... tómame... penétrame de una vez... lo deseo, lo necesito... ¡hazme tuya, Matías! Tomé la prenda por la tela que cubría su entrada y la rasgué hacia el lado, sin recurrir ...
... siquiera a la llave. Quería que la tratara como su himen, así que así lo hice. La sorpresa en su mirada se me antojó la cosa más dulce que había visto. Noté también su miedo cuando me preparé para entrar en ella. No sé exactamente qué habrá visto en mí en ese momento, pero su semblante se relajó y buscó mis labios con los suyos, fundiéndose conmigo en un nuevo y delicioso beso. Sentí su tensión cuando comencé a penetrarla. Sus hombros se crisparon y su boca arreció en su ataque a la mía. Su vientre se contrajo y, a pesar de estar más mojada que cualquiera de las mujeres con las que había tenido sexo hasta ese momento, el avance de mi verga tuvo que ser lento y calmado. No manifestó mayor dolor, al menos en su cara, pero de todas formas esperé a que se relajase. Tampoco es que tuviera demasiada experiencia, pero sabía que lo importante en cualquier caso eran el amor, la confianza, la entrega y el deseo. Faltando cualquiera de ellos el asunto se volvía algo difícil de equilibrar. Busqué, por otra parte, alguna forma de abstraerme de la deliciosa presión que sentía en mi miembro. No quería acabar la faena apenas empezada, pero aquella hermosa mujer no parecía entender que tanto la deseaba, que tan hermosa era y que tanto la amaba. Separó sus labios de los míos para emitir un sonoro jadeo que casi acaba con mis fuerzas, mientras se abrazaba a mí con fuerza. - Matías... para, que me vengo ¿Esperaba acaso que con esas palabras me calmara?... Sabiendo que no le estaba haciendo daño comencé ...