o) ¿Decepción?
Fecha: 19/09/2017,
Categorías:
Gays
Incesto
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... por mi cara. -Ya he cenado, ahora necesito otra cosa de ti, ve arriba y espérame. -era una orden a cumplir, y sin otras palabras entre en la cocina para subir a la habitación. Me desnudé y me tendí sobre la cama esperando, pensando mil cosas que podrían suceder. “Necesitaba otra cosa de mi”, esas habían sido sus palabras, y que le esperara. El culo no me dolía como ayer y esperaba que la herida no se me abriera. Escuchaba el ruido del chorro de la orina al caer en el inodoro, y el grifo dejando correr el agua. Entró en la habitación y me miraba detenidamente el cuerpo desnudo mientras se iba quitando la ropa, la agudeza de su inspección hizo que me ruborizara. Permaneció más de dos minutos y no pude sostenerle la mirada, la baje hasta su pelvis, el pene lo tenía alzado, sujetándolo con la mano izquierda imprimiéndole un suave masaje de masturbación. Se colocó sobre mi y abrí las piernas para que se situara, su verga se metió entre mis muslos y se inclinó para llegar a mi boca y empezar a besarme pasando los labios por los míos frotándolos. Yo permanecía pasivo, sintiendo más el calor de su polla en lugar tan delicado y no en el beso que recibía. Dejó resbalar la boca hasta mi oreja. -Colabora, ¿o ya no te gusto? -su voz estaba cargada de ironía. -Sí, sí Óliver, me gustas. -comencé a acariciarle la cabeza enredando los dedos en su largo pelo. Me gustaba, sí, mi hermano me gustaba a pesar de todo, aunque ahora sintiera miedo de él en algún momento me encantaba, me volvía loco, ...
... era el chico más varonil, sensual y atractivo que había visto nunca. Respondía a sus besos apasionadamente, olvidando el peligro que se cernía vivo y duro entre mis piernas, las elevé para abrazarme con ellas en su cintura. -Me gustas así Alonso, sabiendo quien manda en ti y que me obedezcas, dime que me quieres, que eres mío, que soy tu macho y tu hombre. -hablaba con fiereza mordiéndome las orejas y el cuello. -Sí, sí mi amor, soy todo tuyo, te amo Óliver. Su polla me buscaba, sin guiarla, sabiendo su camino, ella sola tocaba con la punta en la entrada de mi culo…, y tenía miedo, cerraba el ano por instinto para defenderme mientras su verga apretaba. -Ábrete, relaja el culo, no es tu primera vez. -distendí lo que pude el ano y su glande penetró abriéndose camino. No me atrevía a pedírselo a viva voz y dentro de mí suplicaba: que lo haga lento, por favor, que sea suave. Todavía, en algún lugar, alguien atendía mis ruegos, se contuvo y su falo echando fuego me invadía lentamente hasta sentir sus testículos aplastados en el culo. Hice presión con el ano y lo aflojé varias veces, temblaba de excitación sintiendo en mi interior su verga dura y palpitante. -¡Ahh! Óliver te siento amor, mi hombre querido, ¡qué bien estoy! -apreté las piernas alrededor de su cuerpo, empujando con los talones en sus nalgas para que entrara más en mi. Se elevó sobre los codos para separarse y mirarme. -Alonso, estás bellísimo. - y bajó con la boca hambrienta para comerme la mía comenzando a moverse, ...