Historia del chip 022 - Espejo - Daphne 008
Fecha: 16/09/2017,
Categorías:
Grandes Relatos,
Lesbianas
Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos
... siempre, alerta— le solicita Jennifer mientras saca su tableta y envía un mensaje. —Ve a por el resto de cosas al coche y las dejas en el salón. Mientras voy a asearme un poco. H4 no cuestiona las órdenes, pero hubiera preferido no ir descalza. La sensibilidad de las plantas de sus pies está al máximo. Ha estado toda la noche evitando la barra cortante y se ha apoyado exclusivamente en los dedos y en los talones. Y los nervios se están regenerando. Se decide a ir con los pies elevados. Deja todo en medio el salón, que tiene una vista de ensueño. Mar y horizonte. Salvo en la parte de atrás donde se encuentra el coche. Hay un cristal que lleva directamente al mar como si de un agujero se tratase. Jennifer vuelve con un bañador elegante y azul, que parece ser su color favorito. Le hace parecer más alta. Es prominente en las caderas y no cubre del todo las nalgas por lo que las piernas se ven favorecidas. Va descalza y lleva unas zapatillas en la mano. Zapatillas de agua. Cómo no, azules. —Nos vamos directamente por la claraboya del suelo. ¿No te importa ir desnuda? ¿verdad? Hace tiempo que te quería traer aquí. Se lo dice en un tono neutro, que Daphne recibe como una petición. Podría pedir un bañador. Seguro que sería incómodo y humillante. Pero no están en la escuela. Se trata de ir en pelotas en mitad del Caribe. —Pero me dices que me desnude cuando quiera follar. Daphne intenta escurrirse y buscar contradicciones en las normas. Dice follar porque es así como debe ...
... expresarlo. Odia el verbo y lo que implica. —Lo que decía, siempre alerta. Estás mejorando mucho. Nademos hasta la zodiac, y buscaremos otra manera. Quizás prefieras usar otro vocablo que no sea ‘follar’. Daphne asiente. —Casa, Abre la claraboya— dice Jennifer y en cuanto ve suficiente hueco se lanza. Daphne la sigue. Jennifer espera a que se cierre de nuevo y le indica la zodiac que está sólo a unos metros. No suben directamente a la embarcación sino que por una escalerilla abordan un muelle y de allí saltan. Arranca a la primera. Daphne disfruta del paseo, a pesar de ver como la casa con toda su ropa se aleja a toda prisa. Y ni siquiera podría entrar en ella, su voz no serviría. Jennifer deja la embarcación en una pequeña cala. Entre las dos la encallan. Giran el motor hasta dejarlo horizontal y Jennifer ata el cabo a una pequeña estaca. Salvo fuerte marea, no se moverá de allí. Daphne casi no puede ayudarla, por falta de experiencia y por la sensibilidad en sus pies. Los guijarros penetran entre la suave piel de bebé de las plantas de sus pies. No dice nada. —¿Tienes hambre? — le pregunta Jennifer. Daphne se lo confirma. La pregunta no tiene sentido. Siempre tiene hambre. A1 le coge la mano y se encaminan hacia un pequeño sendero al borde de la playa. Oculta detrás hay una casa. Daphne está a punto de decirla que está desnuda, pero es la propia Jennifer la que habla primero. —Antes de entrar, no quiero que pienses en tu desnudez. Me gusta que te sientas cohibida, adoro tu timidez, ...