1. La casa en la playa 14


    Fecha: 31/01/2018, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... y cuando estaban bien en la espesura, Gato le pidió que se detuvieran para mear. Peló su verga y se puso tranquilamente a mear a la vista de Antonio que con discreción, por curiosidad nada más, trataba de mirársela. Luego de la sacudida final, Gato, se puso de frente a Antonio y sonriendo y mostrándosela le dijo -viste que linda pija que tengo?- Antonio, siguiendo la broma, le retrucó -no tan linda como la mía-, A ver?, pelá si sos macho!, Antonio, que seguía medio cachondo por la charla, no tuvo el menor problema en sacar su gorda herramienta. Gato levantó las cejas cuando vio el grosor del palo, pero no se amedrentó. -Viste huevón?, la mía es más larga, bien larguita como le gusta a los putitos como vos.- Anto, prendido a la joda, no se iba a quedar callado - Yo putito?, pero si se nota que se te hace agua la boca por chuparmela!-, Ay siii!!!, respondió Gato haciéndose el marica y arrimándose a Antonio en tren fingido de comenzar a chupársela, pero el tren de fingido no tenía nada, y antes que Antonio pudiera reaccionar, el Gato tenía su pija dentro de la boca. -Pará Gato, que hacés?, soltá-, pero el Gato estaba con los ojos cerrados mamando con todo. -Dale, largá Gato, no me hagás enojar-, pero el Gato seguía. Y la verdad, a Antonio la mamada le estaba gustando y si bien protestaba y le pedía al Gato que cortara, su pija se iba poniendo cada vez más dura. Un último -pará por favor- y después sólo ayes y quejidos de placer. Se había entregado, el Gato sabía hacer bien su ...
    ... trabajo y pudo quebrar todos los prejuicios del heterosexual Antonio, con algo que ningún hombre puede resistir, el sexo oral, porque, con los ojos cerrados, quien puede saber si te la chupa una hembra o un macho? Cuando el Gato percibió que ya Antonio estaba en las nubes, sin dejar de chupar se fue aflojando la ropa y en un santiamén la pija de Antonio dejó su boca sólo para comenzar a recibir el franeleo de las nalgas morenas del Gato. Imposible resistir, Antonio, ya en furor, apoyó al Gato contra un tronco y comenzó a clavarlo con fuerza, bestialmente. A pesar que su culito estaba bien entrenado, el dolor era intenso, pero las palabrotas que le decía Antonio con cada embestida compensaban cualquier dolor: tomá puto, la querías?, ahi la tenés trolo!, te voy a hacer sangrar el culo marica, tomá!, tomá!, tomá! A medida que el culo fue dilatando y lubricándose, la sensación en la pija de Antonio se fue haciendo cada vez más placentera, más eléctrica, mas abarcadora. Ya no había lugar para los insultos sino para los ayes de placer, mutuos, porque el Gato también gozaba a full ahora y ahora era él el que hablaba: siii, dámela toda, soy tu putita, rompeme el culo, dale, toda, toda, llename de tu leche de machoooo! En pocos minutos la cosa había pasado de casi una violación a una cama deliciosamente compartida, que terminó como tenía que terminar: con el culo del Gato desbordando de leche (Antonio llevaba meses sin coger) y con la leche de su pija regando el árbol en el que estaba ...