1. Angel de la guarda (I)


    Fecha: 01/09/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... movimiento que le transmitía obligaba a su lindo par de tetas a mecerse delante de mí y la fiera interna volvió a traicionarme hasta lograr que mi pilote adquiriera una posición de "en guardia", logré que se despertara al cabo de dos minutos y de inmediato me di vuelta en dirección hacia la TV para apagarla y de esa forma evitar que ella viera mi acalorado estado. Le dije que se fuera a la cama, que ya era de madrugada y que yo haría lo mismo. Vi cómo se levantó y refregándose los ojos se dirigió hacia su dormitorio, la vestimenta que llevaba parecía indicar que se había preparado para su nocturna faena, pero que el imprevisto desalojo que sufrió la había obligado a darse un día de asueto para velar por su hijo. Por tratarse de una huésped desconocida y que no se sabe lo que puede pasar, tomé las precauciones necesarias para que en la mañana ella pudiera salir, solo cuando yo estuviera despierto, como decía mi abuelita; "caras vemos, corazones; no sabemos". Rendido por el cansancio, me dormí casi de inmediato y supongo que Silvia también dormía plácidamente, al menos por esta noche, que pasaría mañana, no se sabe. Ángel de la Guarda II - Su historia Los sábados acostumbro a levantarme un poco mas tarde de lo habitual, por lo que a eso de las diez de la mañana mis ojos se abrieron y, como todo ser humano regido por las costumbres; me levanté en calzoncillos en dirección a la cocina con la intención de prepararme un desayuno acompañado de un delicioso café para tomarlo ...
    ... recostado en mi cálida camita viendo la TV y aunque parezca hipócrita, me había olvidado que Silvia y su hijo se habían quedado a pernoctar en mi apartamento, por lo que me asusté al verlos sentados a la mesa desayunando y me vi semidesnudo ante ellos como un perfecto e incurable degenerado. -Buenos días. -Ooopsss...perdón, se me había olvidado que... De inmediato giré en 180 grados y corriendo hacia el dormitorio fui a por la ropa que cubriera mi desnudez. Mi subconsciente grabó con nitidez una sonrisa que se dibujó en el rostro de Silvia y me la proyectó instantes después en la quietud del dormitorio, era una sonrisa especial, nada de picardía y sí mucho de dulzura, me sorprendí a mí mismo pensando en esa desconocida como una posibilidad sexual, como una aventurilla de las que tantas veces se me han proyectado en mis eróticas fantasías, ¡carájo! Pero si está buena la tipa, ¿por qué tengo que portarme como buen samaritano? ¿Terminaré como buen samaritano o como un perfecto cojudo? Me imaginé entrando a un prostíbulo y que me la encontraba a ella, ¿no la pretendería si la encontrara ahí? ¡Claro que sí! Y entonces, ¿por qué no podía tener esa actitud ahora que estaba en mi apartamento? No sabía la respuesta. Me vestí y me dirigí de nuevo a la cocina, tratando de alejar los pensamientos que involuntariamente ella me provocaba, era difícil pero tenía que dominarme y todo parece indicar que lo logré, por que al entrar saludé lo más natural que pude y me senté a su lado para tomar el ...
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