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Angel de la guarda (I)
Fecha: 01/09/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
silencio arrasador hería cada centímetro de mi delgada humanidad y me obligaba a pensar en mi esposa y dos hijos que a muchos kilómetros de distancia esperaban que todo me fuera bien para en poco tiempo reunirnos nuevamente. Lo que hasta hace poco me parecía un infierno, la bulla originada por la pelea de mi hijo mayor de catorce años con el pequeño de siete, las peleas y discusiones que con mi esposa estábamos teniendo los últimos tiempos y que parecían llevar nuestro matrimonio al rompimiento; ahora eran un dulce recuerdo; hubiera sido capaz de dar lo que fuera por al menos un instante hacer sufrir mis oídos con esos deliciosos gritos y correteos; oír alguno de tantos reproches a los que mi insoportable mujer me tenía tan acostumbrado. Instintivamente me dirigí al teléfono y llamé a mi gente para en algo atenuar el sufrimiento de estar lejos de los seres queridos y casi de inmediato pude oír la dulce y grave voz de mi pequeño vástago. Charlé con él largamente y luego el auricular paso a manos de mi primogénito para finalizar en la insoportable mujer que tengo por esposa; el alejamiento producido entre nosotros no me permitía suavizar el tono de mi voz y luchaba internamente por no decirle cuánto los extrañaba a todos, inclusive a ella; pero quién sabe cómo continuarían las cosas. Cuando colgué el auricular, las lágrimas ya goteaban por mi barbilla y un nudo en la garganta me recordaba que este sacrificio era apenas uno de tantos a los que me había expuesto al momento de ...
salir de la ciudad donde por largos años los cuatro habíamos estado juntos, para variar; era un viernes como cualquier otro y los locales donde se baila, toma o cena están abarrotados de bulliciosos clientes que acostumbran a visitarlos ese día para relajarse un poco de la dura semana laboral; sentí deseos de ir en busca de amigos para distraerme un poco, pero el trabajo que tenía rezagado me aconsejaba permanecer en casa y eso fue lo que hice. Arranqué la PC y dispuse los planos de tal manera que me fuera posible encontrar los datos que necesitaba para el cálculo estructural del edificio que estaba diseñando. El timbre del apartamento sonó y me asusté, pues esa noche no esperaba a nadie; mis amigos tenían que trabajar en otros aspectos del cálculo y los familiares de mi esposa vivían demasiado lejos como para visitarme a esas horas de la noche, ni idea de quien pudiera ser. Dejé los planos en la mesa de dibujo y me dirigí hacia la puerta para ver quien me buscaba, vi por el ojo de vidrio y no se veía un alma; abrí la puerta y tampoco encontré rastro alguno de persona pero sí percibí un aroma que en cierta forma me pareció familiar. El apartamento de al lado tenía la puerta cerrada y el ascensor no tenía signo alguno de actividad, por lo que instintivamente me dirigí hacia las escaleras y busqué con la mirada algún signo humano y por más que buscaba no encontré nada, ni hacia arriba ni hacia abajo por las escaleras se veía persona alguna que haya podido tocar el timbre para ...