1. Angel de la guarda (I)


    Fecha: 01/09/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... encantan, las de lencería y bikinis; las considero muy sensuales. Ver las fotos e imaginar que Silvia estaba a unos cuantos pasos de mi PC y además "disponible" cómo ella me lo dijo un día antes, me pusieron a mil y no aguanté tanta tentación, apagué la máquina y salí del estudio para tratar de robar algo de su intimidad. Busqué con sigilo su habitación, pero para mi mala suerte y debido al frío, ella estaba totalmente cubierta con las frazadas y la oscuridad evitó que pueda apreciar algo de su sensual cuerpo. Ángel de la Guarda III - un mes después. Ese domingo por la mañana tomamos el desayuno y después de darle algún dinero, se fue con su hijo y me prometió que no me molestaría más, yo le ofrecí mi ayuda para el caso en que decidiera dejar su sacrificada profesión, que podía contar conmigo para cualquier emergencia y sabía dónde encontrarme. Sentí cierta pena al momento de verla alejarse, pero tuve la sensación de que a la noche la volvería a ver en las gradas esperándome, hice todas mis cosas y traté de regresar temprano a la casa para que no pasaran frío ella y su hijo, pero al volver no encontré a nadie y sentí alguna frustración. Traté de continuar con mis actividades pero de rato en rato salía a la puerta por si acaso mi protegida estaba por ahí, pero todo fue inútil, Silvia cumplió su promesa y no volvió esa noche, ni al día siguiente y entonces me hice a la idea de que no la volvería a ver, le deseé suerte y de lleno me dediqué a mis cosas, la rutina se adueño de ...
    ... mí y continué trabajando para lograr mis objetivos. Cierta noche, pasado un mes desde el día que desapareció de mi vida; volvía con mis amigos de cobrar un trabajo que habíamos terminado y nos disponíamos a festejar el suceso, nos acompañaban unas amigas y la velada era prometedora pues, una de ellas andaba ronroneándome desde hacía mucho tiempo atrás y la oportunidad no podía ser mejor para de una vez por todas darle lo que buscaba. Cuando se abrió la puerta del ascensor me encontré con que Silvia me había estado esperando desde muy temprano por la tarde y continuaba en la puerta de mi apartamento, no sabía qué hacer; pensé decirle que volviera después, pero si me estaba esperando era muy probable que no tuviera donde ir y si la hacía entrar, el pastelito se me iba a escapar de nuevo, vaya dilema y de verdad le tenía ganas a Cecilia, que es el nombre de la gatita que me serviría de compañía esa noche, ni modo; el buen samaritano surgió de nuevo. Entramos todos y a Silvia le dije que tendríamos una pequeña fiestecita, que si deseaba podía unírsenos o de lo contrario, podía irse al dormitorio con su hijo; optó por unírsenos a la fiestecita y dejó a su hijo durmiendo después de alimentarlo. En el camino habíamos comprado comida y la devoramos en cuestión de minutos, mientras los vasos ya se servían con ron, chuflay, cerveza o lo que a cada quien le gustase más, Silvia no se ambientaba al grupo y se mantenía un tanto aislada, mientras la gatita no desaprovechaba oportunidad para ...
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