Angel de la guarda (I)
Fecha: 01/09/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... quedó callada y aceptó mi mandato. En un abrir y cerrar de ojos, la comida que preparé desapareció de mi vista y fue a depositarse en los vacíos estómagos de mis protegidos y fue imposible mantener despierto al muchacho hasta que lograra digerir la cena, por lo que desistimos del intento y lo dejamos descansando en su cama; sí, creo que me vencieron y no me quedaba más que admitir que ahora pasaba a ser "su" cama. Bueno, yo debía continuar con mi proyecto, así que después de haber socorrido nuevamente a Silvia y su hijo, me dispuse a continuar con mi trabajo. Le dije a Silvia que se fuera a descansar a su cama y que yo me pondría a trabajar en mi estudio, ella sin decir palabra obedeció y se metió al cuarto donde su hijo dormía. No sé cuanto tiempo pasó desde que la vi desaparecer en la oscuridad del dormitorio hasta que sentí que alguien me observaba mientras trabajaba en mi proyecto. Me volteé para ver si era solo mi impresión ó de verdad alguien estaba detrás de mí, la vi a ella parada con una rara expresión en su cara, miraba silenciosamente lo que yo hacía y callada permanecía parada en la puerta del estudio. Le pregunté que si necesitaba algo y me contestó que no necesitaba nada, que no podía dormir y que había venido a charlar de cualquier cosa, pero que al verme tan distraído en mis ocupaciones; prefirió quedarse callada con la simple sensación de sentirse acompañada. Creo que me miraba trabajar, pero sus pensamientos volaban en dirección a sus seres queridos; donde ...
... ellos estuvieran y si acaso los tuviera, porque, ¿qué seres queridos pueden abandonar así a alguien, los tendría? La invité a pasar y le dije que podía charlar de algo si eso era lo que ella quería. -¿Qué es lo que esta haciendo? -Mmmmm.. yo ya te he contado bastante sobre mí, mejor cuéntame sobre ti. -No tengo nada bueno que contarle, sólo desgracias. -Pues, cuéntame tus desgracias. -Se va a aburrir y usted debe tener sus propios problemas. En eso no se equivocaba, pero en cierta forma, los problemas de ella también me afectaban a mí. Estaba claro que si no se solucionaban, yo sufriría parte de las consecuencias, así que insistí en que me contara sus desgracias para ver de que manera tratábamos de darles solución, de lo contrario haría el papel de buen samaritano por tiempo indefinido. Los argumentos que le expuse terminaron por convencerla y se animó a relatarme su vida, lo que se narra en los siguientes párrafos con Silvia como primera persona de éste relato. Todo fue normal y hasta feliz durante mis primeros 18 años, vivía con mis padres y dos hermanos en una familia con posibilidades, diremos de clase media; era una chica bastante disputada entre mis compañeros de colegio, incluso fui la reina del carnaval de mi ciudad, ahora estoy muy flaca, por eso puede parecer exagerado lo que le cuento. Tenía mi novio oficial, me visitaba en mi casa y mis padres estaban felices con él, lo querían mucho y ya habíamos hecho planes para casarnos cuando saliera de profesional, y como yo ...