1. Historia del chip 015 - La cita - Kim 007


    Fecha: 08/01/2018, Categorías: Grandes Relatos, Lesbianas Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos

    ... decidió dejar todo en la silla antes de cuchichear y llevar un dedo a los labios. — Mary, habla más bajo. No quiero despiertes a papá y mamá. —No sé a qué viene tanta preocupación. Están bastante lejos para oírte con la puerta cerrada. Te han dado un buen repaso, eh. Kim no sabía que hacer. O qué decir. A punto estuvo de coger su albornoz. Mary no había dicho nada sobre lo que llevaba en la casa, sólo elegía lo que se ponía fuera. Pero no pudo dejar de recordar las palabras de Roger: No lleves nada hasta mañana por la mañana. Y Mary no se iba a mover de ahí. Habían dormido juntas infinidad de veces, no consistía exactamente en algo novedoso, pero... en esas circunstancias. No había remedio, comprendió. —Hazme sitio, mocosa frustrada— fue la contestación de Kim mientras pretendía meterse en la pequeña cama. Mary se encogió de hombros. —Al menos, apaga la luz. Kim no había recordado que el interruptor estaba en la puerta. El de la pared junto a la cama no funcionaba desde hacía tiempo y su padre no se había molestado en arreglarlo. Así que Kim se destapó y ofreció de nuevo su cuerpo a la vista de Mary. Se habían visto desnudas infinidad de veces, solo que esta vez Kim no podía vestirse. Sintió como la pasión de la noche regresaba en forma de traición. Sus puntiagudos pezones cortaban el aire y su pubis resplandecía. Esperaba que Mary no se diese cuenta con el sueño. Apagó la luz con alivio y volvió a la cama. Mary se abrazó a ella. De hecho, no tenían más remedio que dormir ...
    ... pegadas una a la otra. La cama, sin ser demasiado estrecha, era individual. Hacía tiempo que no se echaban juntas, pero Kim quería que pareciese algo intrascendente. Devolvió el apretón y notó como sus pezones rozaban la fina tela de algodón del pijama de Mary. Mientras que sus manos tocaban tejido, las de Mary tocaban piel. Kim supuso que mancharía el pijama de su hermana. ¿Qué podía hacer? Se dio la vuelta y se colocó de cara hacia fuera. Ahora Mary rozaba su espalda y su culo. Lo malo fue que Mary colocó una mano en la cintura de Kim y la otra en la pierna derecha; en el muslo. El mero roce excitó su piel y sus nervios. Cerró las piernas todo lo que pudo y trató de inhibirse. ¡Cuánto deseaba que la mano se colocase entre sus piernas! Si hubiera estado sola se hubiera masturbado. Ya estaba acostumbrada a hacerlo siempre que regresaba de estar con Roger. Aunque no pudiera consumarlo con un orgasmo, se relajaba. En cambio, ahora, la inocente mano de Mary era un motivo añadido a su excitación. Y no tenía más remedio que tratar de dormirse con los nervios a flor de piel. Para colmo, Mary se había desvelado y se movía de manera intermitente. El pijama rozaba las nalgas de Kim, o las piernas. Las manos parecían acariciar las piernas y, en un momento dado, Kim sintió como el dorso de una mano tocaba su pecho por la parte inferior. Paralizada y con la necesidad de darse la vuelta y deleitarse con su hermana, sin saber si eran las hormonas, la excitación o una hoguera desbocada entre ...
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