LA PLAYA NUDISTA
Fecha: 06/01/2018,
Categorías:
Primera Vez
Sexo en Grupo
Voyerismo
Autor: chatoo, Fuente: xHamster
Yo nunca la hubiera imaginado, pero mi marido si. El lo deseaba. Y lo consiguió. Consiguió que yo aceptara a acompañarle a una playa nudista. No me hacia mucha gracia, es cierto, pero tampoco me importaba mucho, ya que iba a estar con el. Por otra parte, todo el mundo, estaría en iguales condiciones que yo, desnudos. Lo que yo ignoraba era que en esa playa, el se encontraría con un amigo o con un conocido de Madrid. Y de aquel encuentro, surgió esta historia.Yo ya me había decidido, ante la insistencia de él. Pensé que no importaba mucho ir a una playa nudista. Al fin y al cabo, todos en pelotas, pensé. Las vacaciones estaban siendo todo lo hermosas que una desea y la verdad, tampoco quería estropearlas por tan poca cosa. Una playa nudista. No era para tanto, aunque no me hacia gracia. No pensaba que fuera tan malo dejarse ver desnuda. Nadie me conocería.Dejamos el coche aparcado en las inmediaciones de la playa a la que íbamos y nos dispusimos a caminar, por supuesto, vestidos. Hasta ahí, todo normal. Lo anormal o mejor dicho, lo normal, empezó al llegar a una especie de puerta, que no sé para que valdría, pues esa playa era de libre acceso, tal vez para delimitar la zona, y allí se encontraba un cartel que nos advertía que entrábamos en una playa nudista y que por favor, nos mostráramos a los demás con respeto y por supuesto, desnudos.Después de tener unas palabrejas con mi marido, cruzamos la puerta y nos desnudamos al fin, y con nuestras ropas dentro de una bolsa, nos ...
... acercamos a la playa. Al principio vimos que había poca gente, pero todos desnudos. Nuestra presencia no importuno a nadie. Es más, nadie nos prestó la menor atención. No así mi marido, que no quitaba ojo a toda mujer que allí se encontraba. Yo, he de decir que tampoco me perdí ninguna polla de las allí presentes. Era curiosidad. Caminamos hasta un lugar relativamente alejado de los demás, pues nadie estaba apelotonado unos con otros, ya que había suficiente espacio, y dejamos nuestra bolsa. Luego nos dirigimos hacia una especie de pinar donde había unas mesas, que supuse serían para comer los allí desnudos. También observe en mi caminar hasta ese pinar, que todos los hombres se fijaban en mi y posaban sus miradas en mi culo, mis pechos y mis piernas, y el que podía, en mi triangulo negro.Llegamos al pinar y estuvimos viéndolo. No había restaurante ni chiringuito como suponíamos. Decidimos que nos iríamos a comer fuera de esa playa y tal vez luego volveríamos. No habíamos llevado comida y no había nada por allí que nos permitiera comprarla. Fue justo ahí cuando apareció Ramón.Ramón era un conocido de mí marido, de Madrid. Yo no lo conocía de nada y dudo mucho que mi marido lo conociera en demasía, pues el saludo fue un poco frió a parte de la sorpresa que nos causo. Después de vencer el pudor de mi desnudez y después de reponerme, de la sensación de estar hablando con alguien a quien no conocía, pero mi marido sí, decidimos ir a bañarnos juntos los tres. No me gustaba la idea, ...